Representantes de la Izquierda Autónoma pidieron a los rectores de las universidades estatales y del G3 (universidades tradicionales no católicas) recibir a los estudiantes de la Arcis y de la U. Iberoamericana, en riesgo de continuar por sus problemas económicos. Además, solicitaron al Mineduc que transparente la información relativa a los planes de los alumnos.
A través de una carta abierta, los exdirigentes estudiantiles Francisco Figueroa, Camila Rojas y Diego López señalan que en ambas universidades “la lógica de mercado por medio de la cual sus controladores actuaban, llevó a las instituciones a una crisis financiera que se tradujo en precariedad en términos académicos y administrativos, y a una posterior incertidumbre para sus estudiantes y trabajadores”.
Por esto, realizaron “un llamado directo a ustedes, rectores del CUECh y del G3, para que la reubicación de estos alumnos se realice en sus instituciones“, pues “no podemos permitir nuevamente que la experiencia llevada a cabo luego del cierre de la Universidad del Mar se repita y demos la espalda a las y los estudiantes más golpeados por el sistema”.
Mira la carta:
Estimados Rectores miembros del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECh) y del G3:
A través de la presente carta manifestamos nuestra especial preocupación por la situación de las y los estudiantes que hoy ven amenazado su derecho a la educación superior ante el inminente cierre de sus universidades. Durante las últimas semanas hemos sido testigos de cómo diversas irregularidades han llevado a una situación de crisis a las universidades ARCIS e Iberoamericana. En ambos casos, la lógica de mercado por medio de la cual sus controladores actuaban, llevó a las instituciones a una crisis financiera que se tradujo en precariedad en términos académicos y administrativos, y a una posterior incertidumbre para sus estudiantes y trabajadores. Y en la universidad ARCIS, en particular, en el término de una propuesta de institución que buscaba convertirse en un proyecto educativo distinto. Ahora bien, no es el primer caso en el que vemos que intereses particulares terminan por liquidar una institución de educación superior universitaria. Sin ir más lejos, hace algunos años el caso de la Universidad del Mar removió a los distintos actores de la educación al dejar a cerca de 3.000 estudiantes sin poder terminar sus estudios luego del anuncio de cierre llevado a cabo por el MINEDUC. Todo en un contexto similar al que nos enfrentamos hoy con las situaciones particulares de las instituciones ya mencionadas y con el riesgo permanente de que se repita con más universidades. Llama la atención, por lo demás, que ya a varios años de la crisis de la Universidad del Mar las lógicas de mercado continúen primando en la educación superior. Especialmente, luego de tres años de discusión de una reforma que prometió refundar las bases del actual modelo educativo chileno.
Desde Izquierda Autónoma hemos apostado porque el fortalecimiento de la educación pública se transforme en el eje principal que movilice cualquier posible reforma. En este punto hemos coincidido con gran parte de ustedes que han expresado de distinta manera su voluntad de articular un trabajo coordinado, que permita posicionar a la educación pública como pilar central de un nuevo sistema educacional. En ese sentido, la inminente posibilidad de cierre de otras dos universidades privadas pone en tela de juicio el compromiso que hemos asumido y nos obliga a actuar en concordancia con la reforma que esperamos. Sobre todo cuando desde el Ministerio de Educación pareciera no existir claridad respecto de cuáles serán los pasos a seguir sobre la reubicación frente al posible cierre, y más aún, con el devenir de la reforma en general. En un contexto donde la Ministra de Educación, Adriana Delpiano, anuncia la división del proyecto de Educación Superior dejando fuera al plan de fortalecimiento de universidades estatales, resulta prioritario cuestionarnos, ¿qué nuevo modelo educativo estamos dispuestos a impulsar? Pues si bien las instituciones estatales podrán verse fortalecidas, la discusión por separado del proyecto posibilitará la presencia de universidades privadas de cuestionable calidad que hoy por hoy continúan recibiendo recursos del Estado, en particular luego de la aprobación vía glosa presupuestaria de la gratuidad. Deja afuera, además, a otras universidades públicas como las que componen el G3 y que cumplen un rol fundamental en la educación superior chilena.
Los casos de las universidades ARCIS e Iberoamericana no son hechos aislados: son un síntoma de un modelo permeado por el mercado que imposibilita el poder pensar en una educación como derecho social. Si bien la discusión sobre la reforma requerirá de una mayor voluntad política con muchos más actores, frente a la crisis actual de estas dos nuevas universidades hacemos un llamado directo a ustedes, rectores del CUECh y del G3, para que la reubicación de estos alumnos se realice en sus instituciones. No podemos permitir nuevamente que la experiencia llevada a cabo luego del cierre de la Universidad del Mar se repita y demos la espalda a las y los estudiantes más golpeados por el sistema. En ese sentido la pregunta que finalmente podemos hacernos es, ¿renovaremos nuestro compromiso con la educación pública poniendo como prioridad la reubicación de estos estudiantes en universidades públicas, o nos limitaremos a ser testigos de cómo el mercado una vez más se consolida en nuestro modelo educativo?
Atentos a su respuesta.
Camila Rojas
Presidenta FECh 2015-2016Francisco Figueroa
Vicepresidente FECh 2009-2011Diego López
Secretario Ejecutivo FECh 2016-2017