Iba a 100 kilómetros por hora en una zona de máximo 40 en una de las curvas peligrosas de la Ruta 7, que une a Mendoza con la frontera chilena.

Es lo que constató el procurador general de la Corte de Mendoza, Alejandro Gullé, en declaraciones recogidas por el medio El Sol de Argentina.

La autoridad indicó que el tacómetro marcaba dicha velocidad al momento del accidente, a metros del ingreso al Parque Nacional Aconcagua, donde un cartel indica la velocidad máxima a la que se debe circular.

Sobrevivientes al accidente relataron a diario El Clarín que el bus derrapó dos veces antes de tomar la curva. “Iba muy rápido. Los pasajeros se quejaban y gritaban al chofer”, detalló uno de ellos.