La histórica victoria de Jacqueline van Rysselberghe, primera mujer al frente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), también marcó el precedente de unas elecciones realizadas a través del voto electrónico.

Esto último fue valorado por el Servicio Electoral (Servel) al manifestar que “este tipo de votación es digno de elogio”.

Así lo dijo Alfredo Joignant, acompañado de Andrés Tagle, ambos miembros del consejo directivo del Servel, añadiendo que esta iniciativa debiese replicarse en otros partidos.

En este sentido, Tagle indicó que, a su juicio, “en Chile un voto electrónico debiese ser implementado por el Gobierno”.

Proceso con retraso

A pesar de lo innovador y exitoso del sufragio electrónico, el proceso sufrió cierto retraso durante su jornada inicial.

Un colapso en el sistema central, proveído por la empresa E-voting, dilató la hora de apertura pautada para las 9 de la mañana y que se logró resolver hasta las 11 horas del pasado domingo.

El retraso presentado tiene dos razones. Según Marío Novoa, de la empresa E-voting, aseguró que la única forma de votar era presentando la cédula de identidad. Pero, antes de las votaciones, el partido permitió que los electores presentaran licencia de conducir o pasaporte, lo que demoraba el proceso de verificación de datos.

Otro factor que afectó el desarrollo de la jornada electoral fue un cambio en la seguridad. Inicialmente se tenía previsto proteger las urnas, posteriormente, el sábado, se decidió también resguardar el padrón electoral, para evitar que se agregaran o quitaran militantes. Según consigna El Mercurio.

A pesar del retraso, que convocó a una reunión de emergencia y que puso sobre la mesa la posibilidad de posponer las elecciones, se hicieron los correctivos y la jornada continuó sin incidentes.

En este sentido, el presidente saliente de la UDI, Hernán Larraín valoró el desarrollo de la jornada indicando que “para hacer procesos nuevos que cambian hábitos y actitudes antiguas hay que asumir riesgos, y los hemos asumido”.