Un estudio de la Superintendencia de Salud contradijo a las isapres y mostró que la llamada integración vertical no beneficia a los afiliados. Las aseguradoras en tanto, se defienden y afirman que la práctica no atenta contra la libre competencia.

Luego que la Contraloría mandatara a la Superintendencia a investigar la relación comercial existente entre las clínicas y las Isapres, el estudio concluyó que los afiliados que se atienden en una clínica del mismo holding de su isapre, pagan más y tienen una menos cobertura que la que tendrían si las aseguradoras y el prestador no estuvieran en convenio.

El análisis midió a las empresas Banmédica con sus clínicas Dávila y Santa María y a Consalud con la Bicentenario, Tabancura y Avansalud.

En el caso de una colecistectomía, por ejemplo, un usuario de Banmédica paga en la Clínica Santa María un copago de 65 mil pesos más que lo que pagaron afiliados de otras isapres en el mismo centro asistencial para resolver la misma patología.

El superintendente de Salud, Sebastián Pavlovic, afirmó que con el estudio se visualiza una contradicción en el discurso entregado por las isapres para defender la integración vertical, quienes aseguraron que el usuario se ve beneficiado con el sistema.

Desde la asociación de isapres, Gonzalo Simón, gerente de estudios del gremio, defendieron el sistema, afirmando que no es una práctica que atente contra la libre competencia, ni que cause un perjuicio al usuario.

Una práctica que se utiliza en otros países del mundo. Sin embargo, para el abogado integrante de la comisión asesora presidencial para la reforma al sistema privado de Salud, Pedro Barría, es un método que si solo se fundamenta en el afán de lucro, termina perjudicando a los pacientes.

El Superintendente explicó que aún cuando los resultados no son extrapolables al resto del sistema, confirman que es un ámbito que requiere de mayor investigación y regulación .