La “madrastra de Molina”, Vanessa Trigari solicitó anular la medida de protección a su favor para poder convivir con las demás internas del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Cauquenes.

En septiembre pasado, la mujer fue declarada culpable por el homicidio de su hijastro, Ángel Márquez Zapata, a quien asfixió para luego ocultar el cuerpo en el interior del inmueble donde vivían. Luego lo envolvió en bolsas plásticas y papel alusa, abandonándolo en un sitio eriazo.

Ahora, a través de una carta, la condenada sostiene que “es insano” no tener contacto con nadie. “Me dirijo muy respetuosamente a usted, para solicitar por favor, levanten la medida de protección a mi favor de mantenerme aislada de la población penal, ya que estoy sola en una celda de aislamiento por ya casi 1 año y seis meses y medio, y no me ayuda debido a que emocional y psicológicamente es insano no poder hablar con nadie y no tengo problemas con la población penal, ni con condenadas ni imputadas”, asegura.

En el mismo documento, según diario El Centro, Trigari pidió mantener su permanencia en el centro penitenciario de Cauquenes, ya que “acá tengo mis redes de apoyo y puedo empezar a hacer conducta”.

En tal contexto, el Tribunal Oral en lo Penal de Curicó solicitó un oficio a Gendarmería, quienes respondieron asegurando que la mujer “no correría riesgos” y que por el contrario, efectivamente “en general” registra “una buena relación”, con las demás condenadas e imputadas.

Por lo mismo, aquel tribunal resolvió que para determinar “dejar sin efecto” tal medida de protección, Trigari debe “ratificar lo que ya pidió”, asumiendo de paso “cualquier tipo de riesgo eventual” al que se podría exponer.

Ante ello, el defensor público que representa a Trigari, Esteban Arévalo, enfatizó en la diferencia entre lo que es una “celda de aislamiento”, donde “nunca ha estado” su defendida, con la “medida de seguridad” que rige a favor de la mujer, donde de igual forma, “le ha tocado compartir” con otras internas del aludido recinto.