Hace un mes se conoció la noticia de un funcionario que falleció tras dispararse al interior de la cárcel de Quillota, sumándose al espeluznante registro de suicidios al interior de Gendarmería.

Es quizá uno de los trabajos más peligrosos por el constante riesgo que se vive al interior de las cárceles donde deben convivir con homicidas, violadores, ladrones y un sinfín de delincuentes, que purgan sus culpas encerrados, con una baja probabilidad de rehabilitación.

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No obstante, el mayor riesgo no está en los peligrosos huéspedes del sistema, sino que la amenaza que deben enfrentar diariamente está dentro de la cabeza de los funcionarios: su mente.

Y es que según el registro al que tuvimos acceso en BioBioChile vía Ley de Transparencia, en los últimos 5 años un total de 22 funcionarios han terminado con su vida y otros 30 lo han intentado sólo en los últimos 2 años, que es el periodo donde existe registro.

Registro de suicidios de gendarmes
Registro de suicidios de gendarmes

¿A qué se debe este triste registro? Según confiesan los propios gendarmes, estas muertes están directamente relacionadas con el sistema de trabajo en los distintos penales del país, con turnos inhumanos y una evidente falencia, tanto en la prevención, como en la asistencia psiquiátrica especializada para los funcionarios.

De acuerdo al testimonio de los dirigentes de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes de Chile (Ansog), de esa escalofriante cifra, un 90% corresponde a los centinelas que se desempeñan en las garitas de vigilancia en los muros perimetrales de los recintos carcelarios.

Un gendarme resguarda dependencias del ovalo en la ExPenitenciaría
Gendarme en la ExPenitenciaría | Juan Gonzalez | Agencia UNO

Lo particular de este turno es que se divide en 4 horas de vigilancia por 4 de descanso. Su extensión, no obstante, depende de cada recinto penal, en donde lo mínimo es trabajar 2 días para luego tener uno de franco. No obstante, hay casos en donde se trabaja hasta 6 días de corrido por dos días de asueto.

Aunque, fuentes reservadas al interior de la institución reconocen que hay algunos funcionarios que trabajan más días de los asignados originalmente, para tener más descanso de corrido. O simplemente acuden a un psiquiatra y piden una licencia, lo que no es un trámite muy engorroso tomando en cuenta los niveles de estrés a los que están expuestos, debido a que diariamente deben lidiar con la presión y el temor a ser agredidos por algún interno, especialmente en las cárceles más peligrosas.

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Así queda en evidencia en esta pauta de guardia armada de la cárcel de Quillota a la que tuvo acceso Radio Bío Bío de Valparaíso, gracias a fuentes reservadas al interior de la institución. Para una mejor comprensión, detallaremos parte de las abreviaturas: PE, parte de enfermo; LM, licencia médica; F, franco; FL, feriado legal o vacaciones; y S, en servicio.

Pauta de guardia armada
Pauta de guardia armada

Según datos también obtenidos vía Transparencia, en 2015 se presentaron 50.169 licencias, de las que uno 40% corresponden a las de tipo siquiátricas. Pero el problema, al menos para los funcionarios, es que los tratamientos con especialistas deben costearlos de su propio bolsillo, puesto que no existe alguna ayuda desde el sistema.

Según Gendarmería, en tanto, se han tomado medidas para tratar de controlar la situación, como implementar duplas psicosociales en cada región, es decir, un sicólogo junto a un asistente social, para atender a los funcionarios.

No obstante, para los gendarmes sólo dos profesionales por región es insuficiente y poco práctico, debido a las distancias entre una y otra cárcel en una misma región.