La Organización Mundial de la Salud calificó como un atentado a la salud pública mundial la resistencia de los grupos antivacunas a la inmunización en contra del virus del papiloma humano.

Una rechazo inédito se ha visto en Chile a la vacuna obligatoria en contra del virus del papiloma humano que el Gobierno suministra a las alumnas de 4º y 5º básico, con una primera y segunda dosis, estrategia que luego se amplió a las estudiantes de 6º a 8º básico, para buscar proteger a la mayor cantidad de mujeres en contra del cáncer cervico uterino.

Esta enfermedad causa más de 600 muertes al año en mujeres de entre 15 y 44 años, y que se desarrolla hasta 20 años después del contagio del virus, del cual los hombres son portadores sin tener mayor riesgo.

En Chile, grupos antivacunas han interpuesto recursos de protección en diversas ciudades del país y las cortes de apelaciones de Arica y Chillán ya le dieron curso a los requerimientos, declarando su admisibilidad.

Una situación que para el representante de la Organización Mundial de la Salud en Chile, Roberto del Águila, significa un retroceso en los avances que se han tenido a nivel mundial en materia de protección de la población y constituye un atentado a la salud pública.

Felipe González, vocero del Movimiento Anti Vacunación, valoró que los tribunales de Arica y Chillán hayan acogido los recursos y agregó que presentaron libelos del mismo tipo en Iquique, La Serena, Valparaíso, Temuco, Puerto Montt y Santiago. Hoy presentarán un recurso de reposición en Valparaíso y en Santiago, en caso de que se rechace, anunció que recurrirán a la Corte Suprema.

Desde el Ministerio de Salud lamentaron el nivel de rechazo que ha tenido esta vacuna en el país, que llega a 4%, el mayor en comparación a otras dosis.

Los grupos antivacuna afirman que la inmunización produce efectos secundarios que pueden ser peor que la enfermedad, mensaje que los especialistas califican de “erróneo y engañoso”, afirmando que el efecto principal de la vacuna es que queda doliendo el brazo durante dos o tres días, algunos niñas, incluso presentan un poco fiebre, pero nada distinto a los efectos producidos por una vacuna normal.