Porque el tener aún este día significa que la igualdad de género está aún lejos de lograrse. Nada tiene que ver con una flor para felicitarme por haber nacido mujer.

Me carga el día de la mujer. El sólo hecho de que haya un día para nosotras me hace sentir ciudadana de segunda clase. Aunque entiendo que una fecha como esta es necesaria para visibilizar la lucha por la igualdad que aún no está ni cerca de lograrse.

El día de la mujer es una conmemoración, no una celebración. Es el recuerdo de las mujeres que murieron en Nueva York y en muchas otras partes del mundo, tratando de lograr mejoras salariares y de vida. A principios del 1900 las mujeres trabajaban 12 horas diarias y ganaban un tercio que los hombres que sólo hacían jornadas de 8 horas. Un siglo después seguimos peleando para que la sociedad entienda que las tetas son para amantar y no para vender cerveza.

No voy a celebrar el día de la mujer, pero sí voy a usar este día como para lo que fue creado: para visibilizar problemas de género que tenemos que hacernos responsables como sociedad, hombres y mujeres.

Igualdad de sueldos: para mismas labores, horario y responsabilidades se debe pagar mismo sueldo entre hombres y mujeres. En Chile, los hombres ganan -en promedio- un tercio más que las mujeres. Mientras que el 36% de los hogares son llevados por mujeres que requieren de esa diferencia, tanto como aquellas que aportan un salario complementario al de sus parejas. (Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos, INE)

Vivir con equidad: para las mujeres es mucho más difícil lograr ciertas cosas porque socialmente se les exige que además de trabajar se preocupen de su apariencia, realicen las tareas del hogar, sean responsables del cuidado de los niños y adultos mayores, entre otras. Porque al final, creemos que tenemos que hacerlas todas y nos deprimimos cuando no logramos un imposible.

No más femicidios: las mujeres no tienen por qué ser responsables de que las violen, ni las maten, ni las golpeen sólo por ser mujeres!! Debemos criar hombres y mujeres responsables de sí mismos y respetuosos de los otros. No a la violencia.

Sin hombre, no es sola: las mujeres debemos ser consideradas como personas de igual categoría de derechos y deberes que los hombres. Dos chicas que viajan solas, como las argentinas asesinadas hace unos días, no son jóvenes que viajaban solas. Es más, si una mujer decide viajar/vivir/ser sola, no accede tácitamente a todos los riesgos que conlleva el género femenino. Una mujer que camina sola no es culpable de que la violen.

Mi cuerpo, mi decisión: porque el aborto es decisión de cada mujer (e idealmente de la pareja en su conjunto), porque la mutilación genital es un crimen, porque las niñas obligadas a casar es aberrante y suma y sigue. Mi cuerpo, mi vida, mi decisión.
La familia, la escuela y los medios de comunicación van dando forma a las perspectivas de género que todos vamos armando en nuestras cabezas. La fuerza del papá, la cocina de la mamá. Las niñas bien y las niñas mal. Los hombres rudos y los hombres débiles.

Yo no celebro el día de la mujer, ni acepto saludos simplistas ni flores gratis por haber nacido niñita mujer. Nada de eso sirve. Las mujeres estamos lejos de lograr la igualdad que necesitamos para vivir. Porque nadie está sobre otra persona. Ni hombres sobre mujeres, ni blancos sobre negros, ni héteros sobre la diversidad, ni nacionalidad sobre otra.

Tener aún un día de la mujer es sólo un recordatorio que somos efectivamente ciudadanas de segunda clase, negadas de derechos básicos. Tan básicos, como poder andar por la vida sin ser violadas, vendidas o mutiladas.