Revuelo nacional generó el caso del diputado Iván Fuentes, parlamentario que reconoció haber sido financiado por empresas pesqueras mientras era dirigente sindical de los pescadores artesanales, en su precampaña y campaña para llegar a la Cámara Baja.

Ante los cuestionamientos, aseguró que recibir los primeros dineros fue un error, pero de las otras dos inyecciones de dinero, afirmó total desconocimiento.

Según consignó Ciper, lo que nunca comentó Fuentes fue su rol clave para que en la Ley de Pesca se introdujera un inciso que permitió mejorar el negocio de la industria que en ese entonces lo financiaba. La misma empresa que luego le brindó dinero para su campaña a diputado.

Fuentes afirmó no saber de dónde venían los fondos, ya que fueron gestionados por el senador Patricio Walker.

El diputado reconoció haber recibido dineros de la Federación de Industrias Pesqueras del Sur Austral (Fipes), los que usó para viajar a Santiago y Valparaíso en 2012, donde participó en la discusión de la Ley de Pesca, promovida por Pablo Longueira (UDI).

En dicha instancia, logró incluir una “demanda desde la periferia” en dicha ley, la que permitió el aumento de la cuota anual de merluza austral que pueden capturar las pesqueras controladas por Friosur. Esta empresa es parte de Fipes, la organización gremial que le financiaba los viajes a Fuentes y que sólo integran otras dos pesqueras, que hoy también están ligadas a Friosur.

Gracias al inciso que Iván Fuentes introdujo en la ley, los pescadores artesanales de Aysén pueden ceder el 100% de su cuota de pesca al sector industrial, siendo Friosur la única industria procesadora y comercializadora de merluza austral que opera en la región, quienes ahora puede comprar su cuota a los pescadores antes de que estos entren al agua.

Honorino Angulo, quien participó en la discusión de la Ley de Pesca como presidente de la Asociación Gremial de Organizaciones de Pescadores Artesanales de Puerto Aysén, indica que actualmente los “pescadores de orilla” están cediendo su cuota a las pesqueras industriales a cambio de $650 por kilo de merluza, mientras que los pescadores que efectivamente capturan y desembarcan su pesca están vendiendo a $1.200 por kilo.

Hay que mencionar que dichos “pescadores de orilla”, son conocidos en el sector como “pescadores de papel”, ya que son personas que se agruparon en un gremio, pero que jamás se han dedicado al rubro, lo que está generando un perjuicio tremendo a quienes efectivamente ejercen como pescadores artesanales, gremio por el que Fuentes aseguró pelear y gracias al cual se hizo conocido hasta llegar a diputado.