“Todos sabemos que fin de año significa comer más calorías de lo acostumbrado y hacer menos actividad física. Por un lado queremos llegar a las fiestas con un déficit que nos permita sentirnos menos mal por los excesos de la época. Pero también nos cuestionamos si vale la pena el esfuerzo si romperemos el régimen alimenticio y deportivo en tan poco tiempo”.

Así lo afirma Dra. Marilú Acosta, quien indica que hacer un cambio de comportamiento siempre es un movimiento profundo y confrontador. Vamos a encontrar todo tipo de obstáculos para iniciarlo y más para mantenerlo. Cualquier época del año es susceptible a convertirse en un “pero” y todo lo que sea un “después” suena más atractivo.

“Es importante entender que nuestro sistema de creencias, aptitudes y prácticas está tan bien estructuradas que el más mínimo movimiento le causa estrés”, dice la profesional.

Costa explica que nuestro organismo siempre pone por encima de cualquier cosa el camino de menor esfuerzo, no hay un juicio de valor en eso, simplemente es la manera más eficiente para sobrevivir.

“Por esto es que genera argumentos aparentemente sólidos para poder evitar gastar energía, cambiar patrones de comportamiento y aprender nuevos procesos bioquímicos”, indicó.

“¿Qué quiero decir con todo esto? Que ningún momento es bueno, pero ningún momento es malo para iniciar un cambio de comportamiento, siempre vamos a encontrar obstáculos reales e imaginarios para cambiar”, asegura..

Los elementos básicos para lograr un cambio de comportamiento sostenido son:

1. Paulatino:

– Hacer ejercicio mínimo, que casi no se sienta.
– Hacer dieta, sin que sea muy agresivo el cambio.
– Modificar el patrón de sueño. Dormir al menos 7 horas.
– Cambiar la forma de hacer las compras de alimentos.
– Cambiar los horarios de las comidas.
– Dejar de fumar.

2.- Drástico y profundo:

– Realizar una serie de cambios de manera intensa.
– Poniéndose como meta sostenerlo por al menos mes y medio.
– Teniendo la certeza que va a terminar.
– Evaluar al término lo que se queda y lo que se va.
– Mantener lo que se queda por al menos otro mes y medio y volver a evaluar.

“Todo el tiempo estamos cambiando, sólo que lo hacemos de manera inconsciente, la vida no es estática, pero nuestra eficiencia orgánica lo prefiere así. Si tomamos las riendas de nuestro movimiento, podremos lograr cualquier meta que nos pongamos, siempre y cuando sepamos cuál es nuestra mejor manera de generar un cambio sostenido”, sostiene Marilú