Consumir placenta después de dar a luz es una práctica que cada vez suma más adherentes. Lo han realizado varias mujeres (y hombres) alrededor del mundo por los beneficios que este órgano promete aportar al cuerpo humano.

Mientras algunos médicos aseguran que la placentofagia ayuda a la madre a recuperar el hierro y otros nutrientes perdidos durante el parto; otra parte de los profesionales tachan esta práctica como totalmente innecesaria.

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Para quienes desconocen los métodos que se utilizan para consumir este órgano femenino, los expertos explican que existen dos maneras. La primera (más clásica y barata) es comerla “en fresco”, o sea, dentro de las primeras horas después de su expulsión. En este caso, se extrae un “pedacito” de la placenta y se mezcla con un batido de frutos rojos.

La segunda opción (o complementaria a la anterior) es encapsularla en un proceso (de laboratorio) donde la placenta se deshidrata, muele, congela y mete en varias cápsulas que se pueden consumir a lo largo de los meses.

Pixabay (CC0)
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Fue esta alternativa la que eligió una madre de Portland (Oregón, Estados Unidos) para nutrirse de las proteínas que trae con sí este órgano. Sin embargo, un error en el procesamiento de la placenta puso en riesgo la vida de la hija de la mujer, según explica un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Los funcionarios de salud encargados de emitir el documento explican que la madre eligió una empresa que, al parecer, no cumplía con los requerimientos necesarios para el procesamiento de su placenta, puesto que, al examinar las cápsulas que estaba ingiriendo la mujer, notaron que éstas poseían bacterias infecciosas. Según baraja el informe, eso podría haber sucedido luego que los encargados no calentaran la placenta lo suficiente para eliminar sus gérmenes.

Los investigadores dieron con esa teoría luego que la hija de la mujer se enfermara sin que los médicos pudiesen descifrar el motivo de su padecimiento. Es ahí cuando ella les explicó que estaba consumiendo cápsulas de placenta durante el periodo de lactancia.

Luego de encontrar el motivo detrás del estado de salud de la bebé, los médicos pudieron tratar su infección con antibióticos.

Lo anterior llevó a la CDC a advertir a quienes consumen o están interesados en comer placenta a que tengan cuidado antes de hacerlo. Incluso, llegaron al extremo de recomendar evitar la práctica de ingerir estas cápsulas.

“La ingesta de placenta ha sido recientemente promovida a mujeres posparto por sus beneficios físicos y psicológicos, aunque faltan pruebas científicas que respalden esto”, explican. “No existen estándares para el procesamiento de la placenta para el consumo, lo que significa que no existen regulaciones para garantizar la seguridad”, añaden.