Muchas campañas en redes sociales han promovido un positivo mensaje sobre la imagen corporal con el fin de mejorar el autoestima de las mujeres.

“Eres hermosa” es una de las frases bien intencionadas que usan la mayoría de estos movimientos para empoderar a las chicas, sin embargo, el mensaje no siempre es interpretado de la manera adecuada.

“Creo que el mensaje está bien intencionado. Entiendo que es una reacción a una cultura que hace que las personas (especialmente las mujeres) se sientan tan feas, regularmente. Pero como psicóloga e investigadora de imagen corporal, también creo que el omnipresente mensaje ‘eres hermosa’ está equivocado en el mejor de los casos y es perjudicial en el peor”, afirma la doctora Renee Engeln, profesora de psicología de la Northwestern University de Estados Unidos y autora del libro “Beauty Sick: How the Cultural Obsession with Appearance Hurts Girls and Women” (Belleza enferma: cómo la obsesión cultural con la apariencia daña a niñas y mujeres).

En una columna escrita en el sitio especializado Psychology Today, la profesional explica que en primer lugar, “no hay evidencia de que las mujeres que luchan por apreciar su apariencia en realidad crean ese mensaje”.

“Las palabras son poderosas, pero no son mágicas. ¿De verdad creemos que la avalancha de imágenes en los medios llenos de perfección y los trolls avergonzando a mujeres por su cuerpo se puede combatir con un simple, “Eres hermosa”? Teniendo en cuenta toda una vida de recordatorios de que los cuerpos de las mujeres casi nunca son aceptables tal como son, ¿qué tipo de impacto podrían tener esas palabras de manera realista?”, plantea ella.

Engeln indica que todos los días, “las mujeres se mueven en una cultura que hace todo lo posible para que no estén satisfechas con lo que ven en el espejo”.

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“Es improbable que un mensaje bien intencionado en un Post-it pegado a un espejo haga que una mujer se sienta mejor acerca de su apariencia. De hecho, hay buenas razones para pensar que la hará sentir peor”, afirma.

La especialista asegura que las mujeres con problemas de autoestima no suelen creer en el mensaje “Eres hermosa”.

“Los psicólogos sociales han acumulado décadas de investigación que demuestran que cuando un mensaje es inconsistente con lo que tú crees, tiende a generar contraargumentos en respuesta a él. En lugar de hacer que una mujer se sienta mejor acerca de cómo se ve, la lectura de ‘Eres hermosa’ puede, en cambio, enviarla por el camino de revisar mentalmente todo lo que cree que no es bello acerca de sí misma”, plantea.

En resumidas cuenta, cuando una persona con baja autoestima le dices “Eres hermosa”, ella responde internamente: “No, no lo soy”.

“La investigación realizada por psicólogos de las universidades de Waterloo y New Brunswick demostró cómo podría desarrollarse este proceso. Aunque se centra en la autoestima general (no sólo la autoestima de apariencia), los resultados son claramente aplicables a ‘Eres hermosa’. Los investigadores encontraron que al pedirle a las personas con baja autoestima repetir la frase ‘soy una persona adorable’ los hizo sentir peor sobre ellos mismos, en lugar de sentirse mejor”, comentó.

Según los investigadores la afirmación “soy adorable” sólo funcionó para las personas que se sentían muy bien consigo mismas desde antes. Por lo mismo, la experta plantea que la frase “Eres hermosa” actúa como un breve impulso de confianza para una mujer que ya se siente atractiva, pero ¿qué le está haciendo a las muchas mujeres que luchan profundamente con los problemas de imagen corporal?

Asimismo, Engeln dice que hay otra razón más importante para cuestionar la eficacia de este mensaje.

“Es posible que haya tenido un día perfectamente hermoso, pensando en cosas que no tienen nada que ver con su apariencia. Pero puedes encontrarte con un ‘Eres hermosa’ y preguntarte : ‘Espera, ¿de verdad?"”, añadió.

La psicóloga señala que la investigación ha demostrado que incluso la exposición breve a todas esas imágenes de celebridades retocadas hace que las mujeres se sientan muy mal porque este tipo de fotografías activan los esquemas de apariencia.

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“En otras palabras, aumentan nuestra conciencia y nuestra atención hacia la información enfocada en la apariencia, nuestra y de los demás. Un estudio de niñas de escuela primaria en Australia encontró un efecto similar para las conversaciones centradas en la apariencia con sus compañeros. Las niñas que con frecuencia hablaban sobre la apariencia con sus amigos parecían sentirse peor con sus cuerpos, porque esas conversaciones aumentaban el tiempo que pasaban pensando en cómo se veían”, afirmó.

“Las mujeres no necesitamos que esta cultura nos siga recordando que deberíamos pensar en cómo nos vemos. Ya tenemos suficientes recordatorios”, expresó .

Engels asegura que hay algo poco sincero en esperar que una mujer que vive en una cultura que sistemáticamente le recuerda sus defectos y exponiéndola a ideales absurdos de belleza, se sienta hermosa.

“En lugar de decirle a las mujeres que son bellas, digámosles que no tienen que serlo. Recordemos a las mujeres en nuestras vidas que las valoramos por lo que hacen, no por cómo se ven”, aconseja.

La especialista dice que está a favor de mensajes positivos y afirmativos. “¿Pero por qué no enfocar esos mensajes en cualidades sobre las cuales tenemos mucho más control? Dirijamos nuestra atención a los atributos que importan más que a cómo nos vemos”, finaliza.