Judith Donald tenía 23 años cuando vivió uno de los episodios más extraños de su vida. La joven escocesa se fue a dormir un día y al despertar, y mirarse al espejo, su rostro comenzaba a llenarse de acné.
Tal como confirma el portal inglés DailyMail, Judith no había sufrido de esta afección cutánea durante su adolescencia y la repentina aparición le hizo pensar que se trataba de varicela. Las erupciones de su piel no sólo era prominentes, sino que además le causaban mucho dolor.
Foto antes del acné:
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Foto después del acné:
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“No tengo idea sobre qué lo provocó. Puede que esté relacionado con el estrés y tener acné me estresó mucho más, por lo que se puso peor”, expresa.
Después que su rostro se llenara de “granos”, estos se expandieron a su espalda y pecho, propagando con sí el dolor y las molestias. Pero esa no fue la peor parte para la joven: todos sus conocidos comenzaron a molestarla preguntándole si tenía varicela, con tono de burla.
Tras ser diagnosticada de acné (y descartar cualquier otra enfermedad), Judith decidió “terminar” con su problema y usar un polémico medicamento para ello, el “Roaccutane”, al ver que ningún otro tratamiento podía ayudarla.
“Intenté todo. Cambié totalmente el régimen de cuidado de mi piel, compré uno de esos cepillos para la cara eléctricos, probé usando limpiadores. Modifiqué mi dieta y eliminé el azúcar y gluten, pensando que eran los culpables, pero nada funcionó”, explica.
El Roaccutane o Isotretinoína es un fármaco usado para combatir el acné severo o quístico. Su acción es tan potente que se le han atribuido decenas de efectos adversos, dentro de los que están (entre otros) la sequedad en ojos y labios, conjuntivitis, cefalea, disminución de la libido, cansancio, adelgazamiento y caída del cabello, y, dentro de los más controversiales, psicosis y depresión.
A pesar de todo lo anterior, el Roaccutane se medica de forma retenida en varios países y Judith lo divisó como la única solución “efectiva” a su terrible acné que no podía cubrir ni con maquillaje.
“Yo solía ser muy sociable, pero dejé serlo. Incluso me perdí la boda de un amigo porque no podía soportar la idea de ir y estar cerca de un montón de chicas bonitas con la piel perfecta”, confiesa.
En tanto, los cercanos a la joven le pidieron que ella no tomara el polémico medicamento, pero igual decidió hacerlo, gastando más de 163 mil pesos al mes. “Aún sabiendo todo eso, me sentía tan mal que los efectos secundarios no me importaron”, admite.
Después de dos meses de tratamiento Judith asegura que “los resultados son efectivos”, compartiendo imágenes de su avance en Instagram.
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“Por suerte no he tenido ninguno de los efectos secundarios más graves y, los que he pasado, valen la pena 100% por la mejora que he tenido”, reflexiona la joven de, actualmente, 25 años y asegura que se ha resecado su cuero cabelludo y que su libido disminuyó considerablemente.
“Una de las ventajas es que básicamente no tengo que lavar mi pelo porque se detuvo la producción de aceite corporal en él”, señala con humor.
Hoy Judith continúa compartiendo fotografías diariamente de su avance con el tratamiento contra el repentino acné que la atacó.
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