El porno está por todos lados. De hecho, muchas veces sólo basta entrar a alguna página por error, tras dar click a un anuncio y ya está. Sin quererlo, entramos a ese mundo.

Pero claro, hay veces en que por voluntad propia entramos a sitios para adultos. Estando solos o en compañía.

Y aunque la controversia sobre si es adictivo o si perjudica nuestra noción del sexo continúa, lo cierto es que un reconocido psicólogo sexual aseguró que el porno podría hacer una relación afectiva mucho más saludable.

Se trata del Dr. Ari Tuckman, quien dijo al portal digital DailyMail que hablar sobre las escenas que más gustan o el tipo de porno que más llama la atención podría servir para entender al otro.

“Es una cuestión de honestidad sobre cómo te sientes. De cómo ser empático con tu pareja, para que ambas personas puedan entenderse mutuamente”, declaró.

Según las estadísticas, ahora mismo hay 30 mil personas viendo algún video pornográfico en la web, por lo que asegura que, además, no hay nada extraño en hacerlo. “Es algo normal”, aseguró.

Ahora bien, conversar sobre cuál porno es el más satisfactorio puede ser algo incómodo cuando aún no existe la confianza suficiente. Por eso es que muchas parejas se resisten a hablar sobre, incluso, la masturbación y las fantasías que, en algún momento, pretenden llegar a la realidad.

Lo importante: la honestidad

Ya lo decíamos. Lo principal es que conversar sobre la pornografía ayudaria a las parejas a ser más honestas y conocerse más a fondo. Y hablar sobre este tema los puede llevar a tocar otros, incluso más sensibles.

“Creo que puede ayudar a las personas a entenderse mejor, al decir ‘déjame mostrarte lo que me excita"”, ejemplifica el especialista. “Si quieres activar a tu pareja, es útil saber qué es lo que los enciende”, continúa.

Esto incluso podría llevarlos a probar cosas nuevas y, si la ‘llama’ se está apagando, encenderla nuevamente. Aunque no todo hay que tomárselo tan en serio.

El doctor sugiere que la pornografía sea tratada como cualquier otro medio de comunicación. Para no ser tan gráfico, ejemplifica que “mi esposa y yo vemos Game of Thrones, pero no compraré una espada e intentaré invadir Canadá. Deberíamos mantener [el porno] al mismo estándar que la televisión”.