¿Sirve el bótox para las arrugas profundas de la frente, o hay que atacarlas antes para realmente ver una diferencia? ¿Es seguro usarlo prolongadamente? ¿Qué ocurre cuando se aplican regularmente las inyecciones durante algunos años y luego se suspenden; se verá la frente peor que si nunca se hubiese aplicado?

Estas son dudas frecuentes de las personas que usan bótox. Por eso la doctora Alina Bridges, Dermatóloga de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, las aclara.

Según la especialista todos los tipos de inyecciones de bótox autorizados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para las arrugas de la frente son para las personas de hasta 65 años. Pasada esa edad, la eficacia del medicamento posiblemente no sea igual que en las personas más jóvenes.

El bótox es seguro para uso prolongado y también puede suspenderse en cualquier momento, sin que la piel luzca peor que antes de empezarlo. Cuando el bótox se aplica con fines estéticos, el seguro médico no cubre el costo de los tratamientos.

Las inyecciones de bótox contienen algunos tipos de la toxina botulina para paralizar temporalmente la actividad de los músculos. Esta toxina es producida por las mismas bacterias que causan el botulismo, que es un tipo de envenenamiento alimentario.

Las inyecciones de bótox son populares para reducir la apariencia de las arrugas faciales, aunque también se usan en el tratamiento de otras enfermedades, tal como los espasmos repetidos del cuello, la hinchazón excesiva, la vejiga hiperactiva y el ojo perezoso. En algunas personas, las inyecciones también pueden ayudar a prevenir las migrañas crónicas.

“Las inyecciones de la toxina botulina bloquean ciertas señales químicas de los nervios, que en su mayoría son las que hacen contraer a los músculos. Eso relaja temporalmente a los músculos faciales subyacentes que causan las arrugas, incluidos los surcos de la frente. Los estudios revelan que las personas que más se benefician con las inyecciones son quienes tienen hasta 65 años de edad.

Sin embargo, eso no significa que las personas mayores de 65 años no puedan o no deban usar el bótox, sino que es importante reconocer que los resultados quizás no sean tan buenos como en la población más joven. A fin de que los adultos mayores obtengan los mismos resultados que los más jóvenes, es necesario administrar el bótox en combinación con rellenos faciales inyectados en la piel para suavizar las arrugas”, explica la doctora Bridges.

A fin de administrar las inyecciones de bótox, el proveedor de atención médica emplea una aguja fina para inyectar en la piel cantidades ínfimas de la toxina botulina. El número de inyecciones necesario varía según muchos factores, incluida la dimensión de la zona a tratarse. Las inyecciones de la toxina botulina normalmente empiezan a funcionar pocos días después del tratamiento y su efecto puede durar hasta 3 meses o más. Si uno desea mantener los beneficios del bótox, es necesario recibir más inyecciones de forma regular.

“Se ha demostrado que el bótox es seguro, sea a corto plazo o de manera prolongada, aunque los datos sobre el tratamiento de las arrugas con bótox apenas se remontan a alrededor de 15 años. Si bien la dosis necesaria para las arrugas es mucho menor que la administrada para otras afecciones, como la espasticidad muscular, no ha habido problemas importantes de seguridad con este medicamento en quienes reciben dosis más altas debido a esos otros problemas; eso sustenta aún más la seguridad del bótox”, dice la especialista.

La doctora Bridge aclara que con el fin de garantizar su propia seguridad, es necesario que la administración del bótox esté a cargo de un proveedor de atención médica experimentado, tal como un especialista certificado en dermatología, cirugía plástica, cirugía plástica ocular u otorrinolaringología, quien la haya examinado personalmente.

“Esos especialistas cuentan con la máxima experiencia para reducir las complicaciones al mínimo y tratarlas en caso de ocurrir. El bótox puede ser peligroso cuando se administra incorrectamente. A pesar de ser raro, las inyecciones de bótox pueden provocar efectos secundarios, tales como dolor, hinchazón o moraduras en el sitio de la inyección, dolor de cabeza, síntomas parecidos a los de la gripe y sequedad en los ojos o lagrimeo excesivo, entre otros”.

Finalmente la especialista explica que “si usted decide dejar de usar el bótox, las arrugas de la frente volverán a lucir igual que antes de que empezara con las inyecciones. Su cara no se arrugará más como resultado del bótox y cuando lo suspenda, los músculos recuperarán la fuerza y el movimiento normales”.