Las madres pueden hacer cualquier cosa por sus hijos, además de ser quienes más se preocupan por ellos, la ropa que usan, si comieron o no, y si están durmiendo bien, por nombrar algunas.
Pero apenas salen del colegio y empiezan a mostrar signos de independencia, ellas pueden sufrir las consecuencias devastadoras de perder algo de sus retoños, o simplemente resistirse a estos cambios.
Afortunadamente, no fue tan malo para Ada Keating (98), quien se mudó a la misma casa de cuidados que su hijo de 80 años, Tom, para ayudar a cuidarlo.
El hombre se mudó a la residencia de ancianos Moss View, cerca de Liverpool el año pasado, después de que se decidió que necesitaba un poco más de cuidado y apoyo.
Rápidamente, un año después, su madre decidió mudarse a las mismas instalaciones para poder ayudar a su hijo mayor, por lo que son inseparables y les encanta pasar tiempo juntos.
Madre e hijo, realizan sus actividades favoritas, incluidos juegos de mesa y luego la serie de telenovelas británica Emmerdale. Ambos siempre han sido cercanos, ya que Tom nunca se casó y siempre ha vivido con Ada.
“Le digo buenas noches y buenos días a Tom. Y también le aviso que voy a desayunar”, contó esta madre.
Agregó “cuando salgo a la peluquería, él se preocupa de cuándo volveré y al regresar vendrá a mí con los brazos extendidos y me dará un gran abrazo. Nunca dejas de ser mamá”, explicó.
Ada y su difunto esposo Harry tuvieron cuatro hijos juntos. Tom tenía tres hermanas: Barbara, Margi y Janet, quienes lamentablemente sólo vivieron hasta los 13 años.
Ada y Tom son regularmente visitados por los otros miembros de su familia, incluida la nieta de ella Debi, quien comenta que están felices de que estén juntos de nuevo, diciendo: “no van a separarlos”.