Cuando Kai tenía sólo 1 año y medio de edad, su madre, Kimberly Shappley, notó que algo era distinto en ella, comparada con sus tres hijos anteriores.

Kai, quien nació con genitales masculinos y con el nombre de Joseph Paul Shappley, no mostraba un comportamiento semejante al de sus hermanos hombres, más bien comenzaba a actuar como una niña. “Emepezó a exhibir características femeninas muy notorias”, expresa la madre al portal Good House Keeping.

Kimberly se dio cuenta de lo anterior por primera vez cuando vio a su retoño dormido usando ropa de una muñeca que había conseguido en el jardín infantil. “Ella también solía colocarse sus camisetas como faldas”, cuenta la mujer.

Kai l Facebook
Kai l Facebook

La madre, que proviene de una familia republicana y cristiana, admite que al principio pensó que era “algo de niños” y continuó intentando que su hija usara ropa con dibujos de superhéroes y luciera el cabello corto, pero era inútil: Kai amarraba una polera a su cabeza y fingía que tenía el pelo largo.

“Fue un momento difícil para mí, como madre cristiana. La iglesia no considera a la comunidad LGTB y yo no estaba dispuesta a ceder que Kai comenzara una transición y -peor aún- en una edad tan joven”, confiesa Kimberly.

A pesar de la lucha de la mujer y sus ‘valores’ católicos, a medida que pasaban los años el comportamiento femenino de Kai se acentuaba y la comunidad de la iglesia le preguntaba si el niño era o no homosexual. “Eran algo despectivos y bruscos para preguntar”, recuerda.

Sin embargo, un compañero de su iglesia que es psicólogo infantil, se fijó en las actitudes del menor (a quien vestían como niño en ese entonces) y le dijo a Kimberly que “algo real estaba sucediendo. Su hijo puede ser transgénero”, expresó.

Es ahí cuando la mujer empezó a aceptar la realidad. “Comencé comprándole ropa interior de niña. Fue muy difícil… fui como 4 ó 5 veces al supermercado hasta que las compré”, recuerda. Finalmente, fue la historia de una adolescente de familia cristiana que se suicidó al no ser aceptada (Leelah Alcorn) lo que gatilló que Kimberly se convenciera de apoyar a su hijo de -en ese entonces- 4 años.

Kimberly comenzó a averiguar sobre los niños transgéneros en internet, hasta que encontró un grupo secreto de Facebook de mamás cristianas con hijos LGTB. “Es un grupo hermoso con más de 2 mil madres. Encontré mujeres que rezan conmigo y por mí, sin juicios y con mucho amor. Me dieron valentía: tenía el apoyo de otras madres como yo, que habían pasado por lo mismo que yo estaba pasando”, expresa.

Kim y su madre l The Huffington Post
Kim y su madre l The Huffington Post

Sin embargo, en su iglesia comenzaron a juzgarla por su decisión. “Estoy muy decepcionada con su odio. Pero a pesar de las palabras hirientes y la ignorancia de los demás, prefiero armarme de conocimiento y defender a mi niña”, cuenta.

“Estaba desafiando las expectativas sociales y culturales de mi comunidad, pero sabía que tenía que optar por amar a mi hija como Dios la creó”, señala.

Pride
Pride

Actualmente Kai tiene 6 años y su madre apoya su tránsito de género. “Mi hija me agradece que la deje ser como se siente. Ella es una chica fuerte y feliz”, expresa Kimberly.

“Nunca me he arrepentido de tomar la decisión de dejar a mi hija ser quién es. Aprendí mucho sobre la identidad y la fe en el amor de mi hermosa hija. Su noble forma de ser le ha permitido hacer la transición tan joven. Ella sabe quién es y no tiene ningún problema en asegurarse en que todos los demás también lo sepan”, concluye.