Muchas personas, especialmente mujeres, anhelan profundamente perder kilos. Y si bien es lo ideal para quienes tienen sobrepeso, debemos tener en cuenta que el peso no lo es todo y que varias veces los números nos “engañan”.

Así lo demostró la bloguera fitness estadounidense Kelsey Wells, quien estuvo un año y medio siguiendo el programa BBG de la famosa entrenadora australiana Kayla Itsines, pero en lugar de poner la típica foto de antes y después -donde alguien aparece con varios kilos más y luego sin ellos-, hizo otra cosa.

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Kelsey -de 1.73 metros de estatura- publicó una imagen en Instagram dividida en tres capturas: En la primera con 65.7 kilos, en la segunda con 55.3 y en la tercera con 63.5 ¿Qué ocurrió aquí?

En la primera instantánea Kelsey muestra su estado inicial cuando se propuso bajar de peso, luego cuando consiguió perder más de 10 kilos y la última su estado actual tras haber alcanzado una buena tonificación muscular.

“Me di cuenta que era el momento para un amistoso, pero firme recordatorio”, escribió. “Por favor, dejen de buscar tener un número determinado en la estúpida pesa. Por favor, dejen de pensar que su peso es igual a su progreso y por el amor de todos, dejen de permitir que su peso tenga un efecto sobre su autoestima, como yo solía hacerlo”, sentenció.

De hecho, Kelsey pesa sólo 2 kilos menos que cuando comenzó su proceso para estar en forma 8 semanas después de dar a luz.

Yo pesaba 58 kilos antes de quedar embarazada, por lo que basaba mi supuesto sobrepeso en nada más que mi propia percepción deformada y decidí que mi peso ideal debía ser de 55 kilos y encajar en mis skinny Jeans“, reveló la joven madre.

Aunque llegó a su meta de peso después de unos pocos meses, desde entonces ha ganado 8 kilos y subió 2 tallas de ropa, pero se siente mucho mejor.

Gracias a Dios que finalmente aprendí a empezar a medir mi progreso por mi fuerza, capacidad, resistencia, salud y felicidad. Nunca he tenido más músculo y menos grasa corporal que ahora. Nunca he estado más saludable de lo que estoy ahora. Nunca he estado más cómoda en mi propia piel de lo que estoy ahora. Y si yo no hubiese mandado al demonio a la pesa hace mucho tiempo, habría fracasado en mi proceso”, señaló.

Así que a la pequeña voz en mi cabeza que decía ‘¿qué diablos? esto no puede ser 63 kilos’ cuando me subí a la pesa, ahora le digo ‘púdrete’. Y creo que ustedes deberían hacer lo mismo con sus pesas también”, finalizó.