Aunque todavía queda mucho por avanzar, las cosas en Hollywood van mejorando en términos de sexismo. De hecho, se ha visto un aumento de mujeres en roles protagónicos y heroicos, que antes estaban reservados casi exclusivamente para los hombres. Asimismo, muchas actrices han sacado la voz sin tapujos en torno a temas como la desigualdad salarial en el rubro.
Sin embargo, aún hay cosas que cambiar. La columnista de Yahoo!, Audrey D. Brashich, plantea que hay una típica pose de parejas en la alfombra roja que envía un preocupante mensaje a los fans.
Audrey se refiere a cuando el hombre posa su mano en el trasero de su novia o esposa. Ella explica que con esta postura pareciera que el cuerpo de la mujer estuviera al servicio de su presuntuoso y posesivo amante.
Lillian Glass, experta en lenguaje corporal y autora de varios libros, señala que cuando un hombre hace esto “está marcando su territorio”. “El cuerpo no miente”, enfatiza.
También está asegurándose de que la atención se centre en él, actuando de una manera privada y confidencial en un lugar público. “Está jactándose de que él tiene intimidad con una mujer, lo que se considera valioso y atractivo. Para él, se trata de un viaje de poder”, señala Glass.
Por otro lado, ella dice que las mujeres que posan así probablemente quieren verse coquetas, lo que no es malo, “pero también están consintiendo”. “Están en última instancia reforzando una noción bastante convencional de los roles de género“, asegura, porque en lugar de ponerse de pie junto a él frente a la cámara de igual a igual, se ponen en un papel secundario.
“Es como si estuvieran diciendo que lo que han logrado no es tan importante como reforzar a otra persona y la relación”, comenta.
Brashich, por su parte, dice que otro aspecto cuestionable de esta pose es el mensaje que envía a los fans más jóvenes.
“En lugar de ser retratadas como las mujeres increíblemente inteligentes, talentosas, ricas y poderosas que son, estas jóvenes estrellas muestran una imagen relacionada con la sumisión a sus hombres“, dice el psicólogo Paul Hokemeyer.
“Están vendiendo los mismos estándares de belleza que dictan qué y cómo deben ser las mujeres”, señala Paul, añadiendo que las adolescentes reciben el mensaje de que ellas sólo son accesorios que mejoran el poder de los hombres.
Les guste o no -afirma Audrey- las celebridades son modelos a seguir en nuestra cultura, y su comportamiento influye en el público que los sigue.
“Y dado que éstos ejercen tal poder, no parece demasiado esperar que piensen sobre su influencia en sus fans. Por supuesto, todo el mundo comete errores y nadie puede ser perfecto todo el tiempo frente a las cámaras, pero si ellos no reflexionan sobre algunas de las definiciones anticuadas de poder femenino y belleza, ¿quién lo hará?”, plantea.
