Hollywood parece tener un problema con la edad de las mujeres. Un ejemplo de ello es lo que le pasó a la actriz estadounidense Maggie Gyllenhall, quien en 2015 contó que con 37 años fue considerada demasiado mayor para interpretar a la amante de un hombre de 55 años.
Esta obsesión con la juventud femenina en la industria del cine también se refleja en el hecho de que actrices jóvenes sean consideradas para encarnar a mujeres mayores. Con 22 años, Margot Robbie encarnó a la esposa de Leonardo DiCaprio, de entonces 38, en la cinta Lobo de Wall Street.
Lo mismo ocurrió con Jennifer Lawrence que a los 25 interpretó a mujeres de 40 en las cintas Joy y Gran Estafa Americana; y a los 21 fue una treinteañera en El lado bueno de las cosas.
Otra víctima de este fantasioso mundo hollywoodense donde las mujeres tienen prohibido envejecer fue la actriz Elizabeth Banks, quien a los 28 años fue considerada “demasiado vieja” para ser la pareja de un hombre de su edad.
Así lo reveló Banks en una entrevista con la revista Glamour UK, donde reveló que vivió este episodio sexista cuando audicionó para la película Spider-Man en 2002.
“Hice una prueba de cámara para el papel de Mary Jane Watson en la primera película de Spiderman con Tobey Maguire“, contó la estrella. “Tobey y yo somos básicamente de la misma edad y me dijeron que era demasiado vieja para interpretar el rol“, dijo Elizabeth.
Cuando eso ocurrió, Banks tenía 28 años, mientras Maguire tenía 27. El rol de Mary Jane finalmente fue otorgado a Kirsten Dunst, quien tenía 20 años cuando se estrenó la cinta. En tanto, Elizabeth se quedó con el papel de la secretaria Betty Brant.
Otro ejemplo de la discriminación etaria femenina en Hollywood lo dio Olivia Wilde, quien a los 28 años fue considerada “muy vieja” para interpretar a la esposa de DiCaprio en Lobo de Wall Street, rol que luego fue concedido a Margot Robbie, de 22.