El fabricante de automóviles estadounidense General Motors anunció este lunes el final de la marca australiana Holden con la liquidación de las actividades de ingeniería, diseño y ventas en los próximos meses.

Creada hace 164 años, Holden lanzó el primer coche fabricado en serie en Australia y se convirtió en una marca emblemática para el país durante décadas.

No obstante, la filial de General Motors (GM) anunció en 2017 la deslocalización de su producción, poniendo fin a la fabricación de automóviles en suelo nacional.

El vicepresidente de operaciones internacionales de GM, Julian Blissett, afirmó que unas 600 personas perderán el empleo en los próximos meses después que la marca desaparezca en Australia y Nueva Zelanda.

“Fue una decisión muy difícil para nosotros y no la hemos tomado a la ligera”, afirmó.

Según Blissett, GM constató que no podía hacer la “inversión significativa” necesaria para que Holden fuese competitivo y rentable a largo plazo.

“Con la fusión en el ámbito internacional de la industria automotriz, nos resulta cada vez más difícil apoyar una marca y una empresa que solo está presente en dos mercados”, explicó.

Pese a todo lo anterior, la multinacional estadounidense precisó que continuará, durante al menos diez años, brindando el servicio de posventa, mantenimiento y recambio de piezas a los propietarios de coches Holden.

Con 1,6 millones de estos coches en circulación, se espera que unas 200 personas mantengan sus empleos a través de esta medida.