Los primeros datos son un claro argumento a favor de la vacunación de los menores. Pero también es cierto que a la gente en general le resulta muy difícil tomar una decisión médica en nombre de otra persona.

“Mi hijo no es un ratón de laboratorio”, explica Susan, refiriéndose a sus gemelas de tres años, que juegan en un céntrico parque de Bonn, en Alemania.

“Simplemente no se ha probado lo suficiente. ¿Con solo unos meses de pruebas? Eso no es seguro”, insiste Susan.

Sus hijos no se van a vacunar contra el covid-19. Y ella tampoco. Su marido tuvo que hacerlo, pero a ella no le gustó. En un parque cercano, otra madre, que no quiere dar su nombre, opina lo contrario: “Si estuviera permitido o fuera posible, definitivamente los vacunaría”.

En la clase de su hija de 12 años, cuenta, dos niños se contagiaron con covid-19. Algo que llevó a todos a una cuarentena de dos semanas. “Ahí es donde te das cuenta de que también les afecta a ellos”, confiesa la madre.

En las próximas semanas, se espera que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) apruebe la vacuna de Pfizer/BioNTech para el uso en niños de 12 a 15 años.

Luego, si los ensayos adicionales tienen éxito, se podría aprobar la inmunización de niños menores de 12 años ya a finales del verano. Pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿sus padres realmente los vacunarán?

Ninguno contrajo covid-19 en ensayo

Los datos más actuales disponibles provienen de la investigación en curso sobre las medidas contra el covid-19 y las dudas sobre las vacunas, realizada por varios organismos de salud pública alemanes, la Universidad de Erfurt y el Instituto Yale para la Salud Global, de Estados Unidos.

Sarah Eitze, investigadora de la Universidad de Erfurt, dice que, en el momento en que se recopilaron los últimos datos sobre los padres, el 50% se habría decidido a favor de la vacunación. Curiosamente, cuando apelaron a las ideas de inmunidad colectiva, vieron un gran aumento en la aceptación.

“La decisión depende en gran medida de la posibilidad de proteger a otros a través de la vacuna”, comenta Eitze.

“La aceptación aumentó a más del 70% si se les decía a los participantes que imaginaran que la vacuna protegía contra la propagación del virus”, agrega.

En realidad, estos porcentajes pueden ser más altos ahora, ya que estas encuestas se realizaron antes de que Pfizer y BioNTech publicaran sus exitosos resultados de un ensayo de fase III en jóvenes de 12 a 15 años.

En ese ensayo, ninguno de los aproximadamente 1.000 adolescentes que recibieron la vacuna Pfizer/BioNTech desarrolló síntomas de covid-19. Ni uno solo.

Aunque el tamaño de la muestra fue pequeño, también fue lo suficientemente grande como para hacer una comparación temprana con el grupo no vacunado, donde 18 de los más de 1.000 participantes contrajeron covid-19.

Alta predisposición a las vacunas en Alemania

Pero otros datos provienen de la investigación de Heidi Larson, directora del Proyecto de Confianza en las Vacunas y profesora de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

Cada dos años, el equipo de Larson recopila datos para la UE, y en estos hay información sobre la voluntad de los padres de inmunizar a sus hijos con la vacuna MMR y la vacuna contra el VPH.

Esa información, según declaró Larson “captaría la voluntad de las vacunas para niños y adolescentes”. Y, en consecuencia, podría servir como una encuesta indirecta sobre la voluntad de los padres de administrar las vacunas contra el COVID-19 a sus hijos.

Esas encuestas demostraron que aproximadamente el 91% de los alemanes sienten que la vacuna MMR es segura o importante para sus hijos. Otro 77% dijo lo mismo de la vacuna contra el VPH. En definitiva, son buenas noticias.

La clara diferencia porcentual entre esas dos vacunas sugiere que, cuando se habla de “voluntad de vacunar a los niños”, esa discusión depende de la vacuna de la que se hable, o más bien, del “riesgo” que los padres intentan evitar al vacunar a sus hijos, frente al riesgo de la propia vacunación.

Hasta el momento, no se han registrado efectos secundarios inesperados en adolescentes vacunados con Pfizer/BioNTech, según la empresa y declaraciones del ministerio de Salud de Israel.