Un canadiense de 28 años que arrolló con una furgoneta a varios peatones en un ataque mortal hace tres años en Toronto fue declarado culpable el miércoles de asesinar a 10 personas e intentar matar a otras 16.

La jueza del Tribunal Superior de Ontario, Anne Molloy, rechazó los argumentos de la defensa de que el trastorno del espectro autista de Alek Minassian le hacía incapaz de discernir el bien y el mal en lo que calificó de “horrible” crimen.

Minassian se enfrenta a una pena mínima de 25 años de prisión. A mediados de marzo se fijará la sentencia en un caso que se considera uno de los atentados más terribles de Canadá.

“Su ataque a estas 26 víctimas fue el acto de una mente lúcida, a pesar de su naturaleza horrible y a pesar de que no tiene ningún remordimiento por ello ni empatía por sus víctimas”, dijo Molloy en su sentencia.

“Sabía que era moralmente incorrecto según los estándares de la sociedad”, dijo, pero “eligió cometer los crímenes de todos modos”.

Molloy dictaminó que era “penalmente responsable de sus actos”.

Durante las seis semanas que duró el juicio varios psiquiatras dieron su testimonio.

La madre de Minassian alegó que él padece el síndrome de Asperger, una forma de autismo que incluye problemas de interacción social o de comunicación.

Y el abogado de la defensa, Boris Bytensky, argumentó que el padecimiento de Minassian le incapacitó para discernir el bien del mal y para tomar una decisión racional cuando decidió atacar a los transeúntes.

Estigmatización

Grupos de activistas condenaron el argumento del autismo como defensa, preocupados de que estigmatizaría aún más a las personas con este trastorno.

Minassian condujo a gran velocidad una furgoneta alquilada a lo largo de dos kilómetros de carreteras y aceras, arrollando indiscriminadamente a los transeúntes.

Según dijo a la policía, sólo detuvo su ataque después de que el parabrisas quedara obstruido por el derrame de una bebida de café.

En su juicio dijo que lo volvería a hacer si le dejaran salir de la cárcel para mejorar su “cuenta de asesinatos”.

Justo antes del ataque, publicó en Facebook: “La rebelión ‘incel’ ya ha comenzado”, refiriéndose al asesino en masa estadounidense Elliot Rodger, que cometió un ataque similar en California.

Durante un interrogatorio policial, Minassian describió la ira que sentía hacia las mujeres y dijo que esto había motivado el ataque.

Dijo que se había unido a una comunidad online de hombres con ideas afines que se describían a sí mismos como “incels” o “célibes involuntarios”, cuyas frustraciones sexuales les llevaron a abrazar una ideología misógina.

Sin embargo, en entrevistas posteriores con los médicos, dio diferentes motivos para el ataque, incluyendo la búsqueda de notoriedad.

Molloy señaló en su decisión que la “matanza de personas inocentes” en este caso fue “una de las tragedias más devastadoras que ha soportado la ciudad, con el fin de lograr notoriedad.”

Tratando de limitar la publicidad que buscaba Minassian, se refirió a él como John Doe mientras leía el veredicto transmitido en directo por Youtube.