La Asamblea General de la ONU adoptó este lunes, sin los votos de Estados Unidos y Hungría, el Pacto Mundial sobre los Refugiados.

El texto sobre la gestión de los refugiados recibió 181 votos a favor (incluyendo Chile), dos en contra y tres abstenciones.

Ambos textos surgieron de la Declaración de Nueva York, adoptada por unanimidad en 2016 por los 193 integrantes de la ONU, con la que se procuró mejorar la capacidad para recibir refugiados y migrantes así como facilitar, si es del caso, el regreso a sus países de origen.

Redactado por el Alto Comisionado para los Refugiados con sede en Ginebra (ACNUR) y dirigido por el italiano Filippo Grandi, el Pacto Mundial para los Refugiados busca ofrecer lineamientos para gestionar los movimientos masivos de refugiados así como situaciones prolongadas de refugio.

“No se debe dejar a ningún país lidiar solo con una afluencia masiva de refugiados”, dijo Filippo Grandi, dando la bienvenida a una decisión “histórica” para la ONU.

“Las crisis de refugiados requieren un reparto global de responsabilidades y el Pacto es una expresión poderosa de la forma en que trabajamos juntos en el mundo fragmentado de hoy”, agregó.

Según dijo a la AFP presidenta de la Asamblea General de la ONU, la ecuatoriana María Fernanda Espinosa, el pacto va a permitir “reforzar la asistencia y protección de 25 millones de refugiados en el mundo”.

El Pacto Mundial sobre Refugiados se basa en el actual sistema legal sobre refugiados, especialmente en la Convención de 1951 del cual Chile es Estado miembro, y en la legislación humanitaria y de derechos humanos. Es una herramienta no vinculante legalmente para reforzar la cooperación.

El documento marca cuatro objetivos esenciales:

-Aliviar la presión sobre los países de acogida.
-Aumentar la autonomía de los refugiado.
-Ampliar el acceso a terceros países.
-Ayudar al país de origen a crear las condiciones que permitan el retorno seguro y digno de los refugiados.

Estados Unidos votó en contra del documento pese a que participó en las negociaciones para su redacción, que duraron ocho meses. Recientemente, había manifestado que respaldaba la mayor parte del pacto sobre los refugiados, pero rechazaba la parte que buscaba limitar las detenciones de los solicitantes de asilo.

También Hungría dio un voto negativo, al considerar que no era necesario un nuevo acuerdo,
mientras que República Dominicana, Eritrea y Libia se abstuvieron.

Diferencia migrante y refugiado:

Los refugiados son personas que se encuentran fuera de su país de origen por temor a la persecución, al conflicto, la violencia generalizada, u otras circunstancias que hayan perturbado gravemente el orden público y, en consecuencia, requieren protección internacional. La definición de refugiado se puede encontrar en la Convención de 1951, así como en el Estatuto del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Aunque no existe una definición internacional para la migración, la ONU lo define como “alguien que ha residido en un país extranjero durante más de un año independientemente de las causas de su traslado, voluntario o involuntario, o de los medios utilizados, legales u otros”.

Siria y Venezuela

Antes de la votación del lunes, dos países que enfrentan un éxodo masivo de población se dirigieron a la asamblea.

Siria dijo que el debate no debía politizarse y pidió a la ACNUR que haga más para ayudar a los refugiados sirios a regresar a su país, asolado por la guerra.

En tanto, Venezuela, que ha protagonizado una huída masiva a medida que se profundiza la crisis económica, instó a la asamblea a garantizar que el nuevo pacto no se convierta en una forma para que otros países intervengan en asuntos internos.

La iniciativa está destinada a establecer un marco que alienta soluciones nacionales y regionales, así como a resolver la financiación, posibles asociaciones, y el intercambio de información entre las naciones.

También incluye sistemas para monitorizar los avances, incluido un Foro Mundial de Refugiados que se llevará a cabo a nivel ministerial cada cuatro años.

El Pacto Mundial de Migraciones, adoptado en julio sin el voto de Estados Unidos y del que luego se retiraron varios países, será objeto el miércoles de una ratificación en la Asamblea General de la ONU.

Entre los que han renunciado o expresado serias dudas sobre el pacto, están Hungría, Australia, Israel, Polonia, Eslovaquia, la República Checa, Austria, Suiza, Bulgaria, Letonia e Italia.

En Bélgica, el pacto migratorio provocó el colapso del gobierno de coalición del país.

Cerca de 165 países reafirmaron su compromiso con el pacto migratorio a principios de este mes en Marruecos.