La ministra canadiense de Relaciones Exteriores, Chrystia Freeland, dijo este sábado estar lista para retomar la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y México de manera inmediata, señalaron medios de prensa canadienses.

“Estamos listos para avanzar tan rápido y de manera tan intensiva como sea posible”, declaró durante una teleconferencia con periodistas desde Hong Kong.

“Canadá está listo y determinado a negociar no importa dónde y no importa cuándo”, insistió la jefa de la diplomacia de Ottawa.

Esta declaración se produce luego que Washington y México hubieran manifestado, a fines de julio, un nuevo optimismo respecto a la negociación del TLCAN, evocando un posible fin de las discusiones en agosto, tras meses de estancamiento.

El gobierno canadiense no se había expresado al respecto desde hacía varias semanas.

Freeland se dijo “muy deseosa” de concluir las negociaciones, que se volvieron “intensivas” tras las elecciones mexicanas de julio, indicaron medios canadienses.

Canadá no participó en las conversaciones de la semana pasada en Washington entre negociadores mexicanos y estadounidenses porque, según dijo Freeland, esos dos países aspiraban a hablar de temas bilaterales.

Señaló sin embargo que estuvo en contacto con sus socios.

México y Canadá reafirmaron el mes pasado su voluntad de preservar el carácter trilateral del acuerdo de libre comercio a pesar de las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump de privilegiar acuerdos bilaterales.

Las negociaciones para modernizar el TLCAN comenzaron a mediados de agosto de 2017 a pedido de Trump, que había acusado al acuerdo de ser el responsable de la desaparición de miles de puestos de trabajo en su país.

Las tres naciones coincidieron en que el tratado, vigente desde 1994, debía ser modernizado, pero las discusiones se estancaron por las exigencias del presidente estadounidense.

Trump pretende la adopción de una cláusula llamada “crepuscular”, que permitiría a las partes, denunciar el acuerdo cada cinco años.

Tras siete sesiones, las negociaciones se suspendieron a mediados de junio, dos semanas antes de las elecciones mexicanas del 1 de julio.