Dos, de los miles de aficionados a la música que el año pasado pagaron miles de dólares para presenciar un festival de lujo en las Bahamas, pero en lugar de eso encontraron miseria, fueron indemnizados con 5 millones de dólares (3.250 millones de pesos), aseguró uno de ellos.

Un juez de Raleigh, en Carolina del Norte, condenó a los organizadores del Fyre Festival a pagar a dos asistentes 1,5 millones de dólares a cada uno por la angustia mental y un millón más por daños punitivos, mucho más del mínimo solicitado.

Seth Crossno y Mark Thompson dijeron que desembolsaron 13.000 dólares con la promesa de un alojamiento exclusivo en una isla privada, pero terminaron en una carpa estilo campamento y se marcharon cuando se sintieron inseguros.

El festival de lujo fue cancelado abruptamente y los asistentes fueron evacuados a partir de esto.

En tanto, Billy McFarland, el empresario de 26 años que está detrás del Festival Fyre, se declaró a principios de año culpable de dos cargos de fraude electrónico relacionados con el evento.