El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, y el presidente estadounidense, Donald Trump, se invitaron a visitar sus países respectivos durante su encuentro del martes en Singapur, informó este miércoles la agencia de noticias norcoreana.

“Los dos líderes aceptaron con mucho gusto las respectivas invitaciones, con la convicción de que será otra ocasión importante para mejorar las relaciones” entre ambos países, añadió KCNA.

El martes en Singapur, el presidente de la democracia más poderosa del mundo le estrechó la mano al líder de la dictadura dinástica que gobierna Corea del Norte desde hace tres generaciones.

El primer encuentro entre un presidente estadounidense en activo y un líder norcoreano estuvo marcado por apretones de manos y sonrisas
, algo inimaginable hace tan sólo unos meses, cuando ambos cruzaban amenazas e insultos.

A pesar de su gran repercusión, la cumbre aportó pocas precisiones sobre su cuestión central: la desnuclearización de Corea del Norte.

Kim volvió a prometer una “desnuclearización completa de la península coreana”, aunque esta fórmula está lejos de las exigencias de Estados Unidos, que lleva tiempo reclamando que Corea del Norte abandone su arsenal atómico no sólo de forma completa, sino también de modo “verificable” e “irreversible”.

Distensión

En su primera reacción al encuentro del martes, KCNA afirmó que la cumbre ayudaría a “lograr un giro radical en las relaciones muy hostiles” entre Corea del Norte y Estados Unidos.

Pyongyang tiene motivos para sentirse confiado después de la cumbre, que le dio cierta legitimidad internacional a un país aislado y objeto de duras sanciones a consecuencia de su programa nuclear.

En una rueda de prensa posterior a su reunión con Kim, Trump anunció que Estados Unidos iba a poner fin a sus ejercicios militares con Seúl, una vieja exigencia del régimen norcoreano, que siempre consideró esas maniobras como una repetición para una posible invasión de su territorio.

Estados Unidos tiene unos 30.000 soldados desplegados de manera permanente en Corea del Sur para proteger al país aliado ante la amenaza del Norte, que la invadió en 1950 dando lugar a la Guerra de Corea, que duró hasta 1953 y terminó con un armisticio y no un tratado de paz.

“Vamos a parar las maniobras militares, lo que nos ahorrará mucho dinero, salvo que comprobemos que las futuras negociaciones no transcurran como deberían”, declaró Trump ante la prensa.

Tanto Seúl como los mandos militares de Estados Unidos en Corea del Sur mostraron su sorpresa ante el anuncio de Trump.

La agencia KCNA indicó que Trump se comprometió a acabar con los ejercicios militares con Corea del Sur durante su entrevista con Kim, y añadió que la desnuclearización de la península corea dependerá de que Estados Unidos y Corea del Norte “se abstengan de oponerse para poder entenderse mutuamente”.

“Acuerdo global”

Trump aseguró haber creado un “vínculo especial” con Kim, al que calificó de “muy talentoso”.

Tras décadas de tensión por las ambiciones nucleares norcoreanas, Trump se comprometió a “dar garantías de seguridad” a Corea del Norte, y aseguró que el “proceso” hacia la desnuclearización podrá comenzar “muy pronto”.

En una serie de tuits publicados el miércoles, Trump volvió a celebrar el éxito de la cumbre y le dio las gracias a Kim “por haber dado el primer paso valiente hacia un futuro brillante para su pueblo”.

En uno de sus mensajes, subrayó que Corea del Norte había suspendido sus actividades nucleares y balísticas.

“El mundo ha evitado una potencial catástrofe nuclear”, escribió Trump en Twitter. “No más lanzamientos de cohetes, ensayos o investigación nucleares (…) Gracias al presidente Kim, nuestro día juntos fue histórico”, añadió en la red social.

En otro tuit, celebró las posibilidades de desarrollo económico de Corea del Norte en caso de desnuclearización, un tema que ya había abordado en su rueda de prensa final en Singapur.

“No hay límites a lo que Corea del Norte puede lograr si abandona sus armas nucleares y elige el comercio y el compromiso con el mundo”, añadió el presidente estadounidense. “Kim tiene ante él la oportunidad de convertirse en el dirigente que habrá inaugurado una era nueva y gloriosa de seguridad y prosperidad para sus ciudadanos”.