Agencia EFE

Hezbolá promete "castigo" tras asesinato del número dos de Hamás a las afueras de Beirut

Publicado por Alberto González
La información es de Agencia EFE

03 enero 2024 | 07:35

"Nosotros, en Hezbolá, confirmamos que este crimen no pasará sin respuesta ni castigo (...) Nuestras manos están en el gatillo y nuestros combatientes están preparados al máximo nivel", afirmó el grupo chií libanés.

El grupo chií libanés Hezbolá aseguró este martes que la muerte del número dos de la oficina política de Hamás, Saleh al Arouri, en un ataque israelí contra los suburbios de Beirut “no pasará sin respuesta” y calificó la acción del Estado judío como un asalto “muy peligroso” para el Líbano.

“Nosotros, en Hezbulá, confirmamos que este crimen no pasará sin respuesta ni castigo (…) Nuestras manos están en el gatillo y nuestros combatientes están preparados al máximo nivel”, afirmó en un comunicado el movimiento chií, que controla la zona donde tuvo lugar la acción.

Al Arouri y otros cinco miembros del movimiento islamista palestino murieron en el bombardeo de un dron israelí contra una oficina del grupo en el área de Msharafiye, en los suburbios meridionales de la capital libanesa.

Se trata de la primera acción en las inmediaciones de Beirut desde la guerra librada en 2006 entre la formación chií e Israel.

Hezbolá denunció en su nota que el Estado judío ha recurrido a asesinar a “todos” aquellos que ayudaron a lanzar o apoyaron el ataque del 7 de octubre contra su territorio, tras ser incapaz de “subyugar” a los palestinos durante los últimos tres meses de guerra contra Hamás.

Por ello, consideró el ataque como un nuevo paso en la línea de acción que ya le llevó a asesinar a un asesor militar de la Guardia Revolucionaria iraní hace una semana en Damasco, que desde entonces ya ha sido objeto de otros dos ataques israelíes con misiles.

Hezbulá y el Estado judío están enzarzados en un intenso fuego cruzado a través de la frontera entre ambos países desde tan solo un día después del estallido de la guerra de Gaza, violencia que hasta ahora no había afectado a un radio de más de 50 kilómetros de la divisoria.