El asesinato del líder de Al-Qaeda, Ayman al-Zawahiri, en una operación estadounidense con drones de la CIA, deja a la organización extremista en el limbo: aunque hay dos posibles sucesores, no hay una figura que destaque y poco se sabe lo que pasará con la organización después de su muerte.

Al-Zawahiri, uno de los conspiradores de los ataques terroristas del 9/11 en EE. UU., fue asesinado en un barrio de Kabul poblado por altos cargos talibanes, suponiendo un duro golpe para Al Qaeda.

La operación se produjo casi un año después de que las tropas estadounidenses abandonaran Afganistán después de décadas de luchar allí. Y, ahora, su sucesión está en suspenso: no hay dentro del grupo una figura visible o respetada como la que logró, después de años al frente de la organización, el médico Al-Zawahiri.

Ayman al-Zawahiri fue un yihadista que se convirtió en el principal líder de Al-Qaeda en 2011 después de que su predecesor, Osama Bin Laden, fuera asesinado por una operación de EE. UU.

The Conversation, una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias y comentarios de expertos académicos, citada por la agencia AP, explica que la influencia de Al-Zawahiri disminuyó aún más durante la ‘Primavera Árabe’, cuando parecía que Al-Qaeda había sido marginada y no podía aprovechar eficazmente el estallido de la guerra en Siria e Irak.

Para diferentes analistas Al-Qaeda, en esa época, era anticuada y estaba siendo rápidamente eclipsada por otros grupos, sobre todo por el autodenominado Estado Islámico (EI, o ISIS).

Pero con el colapso del califato del EI en 2019, “el regreso al poder en Afganistán del aliado de Al-Qaeda, los talibanes, y la persistencia de los afiliados al grupo, especialmente en África, algunos expertos sostienen que Al-Zawahiri dirigió a Al-Qaeda a lo largo de su período más difícil y que el grupo sigue siendo una amenaza potente”.

El analista en yihad y conflicto contemporáneo para International Crisis Group, Jerome Drevon, fue consultado por la agencia EFE para saber lo que cambiará con la muerte ocurrida este fin de semana de Al-Zawahiri.

“En cuanto a la yihad global, Al-Qaeda no es solo Ayman al-Zawahiri. Es un conjunto de grupos afiliados muy poderosos como Al-Shabab en Somalia o la coalición yihadista Grupo de Apoyo del Islam y los Musulmanes, JNIM, por lo que eso no va a cambiar. Pero lo que sí va a cambiar (en la organización) es lo que pasará tras su sucesión”, explicó Drevon.

Seif al-Adl o Abdelrahman al-Maghrebi, posibles sucesores de Al-Zawahiri

Las luchas de sucesión de fuerzas que perturban la cohesión de los grupos pueden exponer las vulnerabilidades de seguridad. ‘The Conversation’ subraya que, a diferencia del EI, que tiene claras prácticas de sucesión de dirigentes, las de Al-Qaeda son menos claras. El sucesor de Al-Zawahiri solo será el tercer líder del movimiento desde su formación en 1988.

Drevon señala que los nombres para la sucesión pueden crear verdaderos problemas. “Es difícil nombrar a alguien que debe ser consensuado, que debe ser aceptado por todos los grupos. Al-Zawahiri era muy conocido por su credibilidad y red de contactos, y por sus décadas en la yihad… no era difícil que fuera aceptado cuando murió Osama Bin Laden”, señaló.

El principal contendiente es otro egipcio: Saif al-Adl, ex coronel del ejército egipcio y miembro de la Yihad Islámica Egipcia afiliada a Al-Qaeda. Está relacionado con los bombardeos de 1998 de las embajadas de EE. UU. en Tanzania y Kenia que lanzaron a Al-Qaeda como una amenaza yihadista global.

“Su reputación como experto en explosivos y estratega militar lo ha dejado en una posición fuerte dentro del movimiento”, señala ‘The Conversation’ en AP. Otras posibilidades están detrás de Al-Adl según un informe reciente del Consejo de Seguridad de la ONU, que menciona, además, al marroquí Abdelrahman al-Maghrebi, yerno de Al-Zawahiri.

Los vínculos de los dos posibles sucesores con Irán

Estas dos figuras yihadistas que podrían ser los sucesores según la línea de antigüedad, han estado vinculadas con Irán, sobre todo Al-Adl.

Tanto Al-Adl como Al-Maghrebi carecen de la misma credibilidad que tenía Al-Zawahiri, además de que “estas dos personas hayan estado en Irán crea problemas” e incluso “fricciones” en el seno de Al-Qaeda, advierte Drevon.

Otro investigador consultado por EFE es Sergio Altuna, especializado en islamismo. Altuna detalla que Al Adl y Al Maghrebi aparecen como los nombres “clásicos” en la línea de sucesión, pero la elección de cualquiera de ellos “tendría un impacto enorme y suscitaría un debate sobre qué han hecho durante todo este tiempo y qué consecuencias ha tenido su relación con el régimen del ayatolá en su ideología (chiita)”.

Altuna asegura que es posible que se produzca “un primer cambio generacional” en la organización. “El debate existe en el seno de la militancia y eso llega cuando la base no conecta especialmente con estos militantes jóvenes que abrazan la ideología”, subraya.

“De cualquier manera, argumentaríamos que Al-Qaeda está en una encrucijada. Si el sucesor de Al-Zawahiri es ampliamente reconocido como legítimo tanto por el núcleo de Al-Qaeda como por sus afiliados, podría ayudar a estabilizar el movimiento. Pero cualquier ambigüedad en torno al plan de sucesión de Al-Qaeda podría ver desafiada la autoridad del nuevo líder, lo que a su vez podría fracturar aún más el movimiento”, explica The Conversation.

Sea quien sea, el sucesor de Al-Zawahiri tendrá el reto de conservar la lealtad de los afiliados de Al-Qaeda mientras se esfuerza por seguir siendo una amenaza potente.