Las autoridades israelíes han decidido suspender el polémico programa de seguimiento a los afectados por la variante ómicron a los pocos días de su entrada en vigor tras las furibundas críticas recibidas, algunas de ellas incluso procedentes del seno del propio Gobierno.

El ministro de Salud de Israel, Nitzan Horowitz, anunció el punto y final de un programa que concedía al servicio de Inteligencia interior de Israel, el Shin Bet, la potestad de emplear su propia tecnología de seguimiento a los afectados por la nueva variante.

“Ponemos fin a este programa porque incluso en una emergencia hay que proteger la privacidad y los Derechos Humanos”, ha hecho saber el ministro en su cuenta de Twitter .

Así las cosas, el programa ha quedado cancelado a primera hora de este viernes, menos de siete días después de su entrada en vigor a principios de esta semana, si bien no se descarta su reanudación si los casos de la variante ómicron siguen aumentando.

Sin ir más lejos, el Ministerio de Salud ha confirmado este viernes la aparición de siete nuevos casos de esta variante en el país.

El ministro Eli Avidar, miembro del gabinete del primer ministro, votó el pasado domingo en contra de la medida tras denunciar un “paso extremo, insostenible e injustificado”.

“¿Cómo podemos mirar a nuestros votantes a los ojos cuando rompemos descaradamente promesa tras promesa de salvaguardar la democracia?”, lamentó el ministro, del partido nacionalista Israel Beitenu.

También votaron en contra de la medida los ministros de Educación, Yifat Shasha-Biton; Economía, Orna Barbivai, y Justicia, Gideon Saar, quien ya criticara duramente este domingo la “injustificada” decisión del Gobierno israelí, adoptada en la víspera, de cerrar el país dos semanas ante la aparición de la nueva variante.