Un tribunal paquistaní ordenó el jueves la liberación del extremista paquistano-británico condenado por el asesinato del periodista estadounidense Daniel Pearl, secuestrado y decapitado en Karachi en 2002. “Es un fallo muy decepcionante”, dijo a Reuters el fiscal general de la provincia Salman Tablibuddin, que añadió que el gobierno provincial de Sindh aún tiene que decidir si quiere impugnar la decisión.

Esta decisión del Tribunal Superior de la provincia de Sindh se produce varios meses después de que el mismo tribunal anulara la sentencia de muerte de Ahmed Omar Saeed Sheikh y absolviera a otros tres hombres condenados anteriormente. Una apelación al Tribunal Supremo de Pakistán para impugnar las absoluciones había retrasado la liberación.

Ahora el tribunal concluyó que “no hay ninguna razón válida para privarlos de su libertad”, según Mahmood Sheikh, quien representa a Sheikh y sus coacusados. “La liberación puede tener lugar hoy o en las próximas 24 horas”, agregó. Ahmed Omar Saeed Sheikh, un yihadista que estudió en la prestigiosa universidad London School of Economics, ya era conocido por secuestrar a extranjeros cuando fue arrestado y luego condenado a muerte por el asesinato de Daniel Pearl.

Proyecto Pearl

El periodista de 38 años, corresponsal del diario estadounidense The Wall Street Journal, desapareció el 23 de enero de 2002 en Karachi. El video que mostraba su decapitación fue enviado un mes después al consulado de Estados Unidos en esta ciudad.

Una investigación independiente llevada a cabo durante tres años en el marco del “Proyecto Pearl” había determinado en 2011 que la justicia paquistaní se había equivocado, pues los cuatro condenados por el asesinato del periodista ni siquiera estuvieron presentes durante su ejecución.

Según Asra Nomani, excolega y amigo de Daniel Pearl, quien dirigió esta investigación, el ejecutor fue el paquistaní Jaled Sheikh Mohammed, el autoproclamado autor intelectual de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Jaled Sheikh Mohammed, arrestado en Pakistán en 2003, se encuentra recluido en la prisión estadounidense de Guantánamo. Un psicólogo que lo interrogó afirmó que el detenido le había confesado que había decapitado al periodista.