La OPEP propuso este jueves a sus socios petroleros un recorte drástico de producción de 1,5 millones de barriles al día para frenar la caída del precio del crudo provocada por el coronavirus, una propuesta que ahora tendrá que aprobar Rusia.

Los ministros acordaron recomendar “un nuevo ajuste de 1,5 millones de barriles al día hasta el 30 de junio de 2020”, indicó la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en un comunicado tras una reunión en su sede en Viena.

En esta primera reunión participaron solo los 13 miembros de la OPEP para presentar una posición única a sus otros diez socios petroleros, entre ellos Rusia, y que se reunirán el viernes.

Desde 2017 esta alianza de 23 países, llamada OPEP+, mantiene estrictas cuotas de producción para apoyar los precios. En diciembre aumentó de 1,2 a 1,7 millones de barriles al día sus recortes.

En un mercado con exceso de oferta, la situación ha empeorado mucho en las últimas semanas a medida que la epidemia de neumonía viral se propaga por el mundo.

La OCDE redujo el lunes su previsión de crecimiento mundial para 2020 del 2,9% al 2,4%, después de que la Agencia Internacional de Energía advirtiera de las consecuencias “significativas” del coronavirus para la demanda de crudo.

El precio del barril de Brent del Mar del Norte, la referencia europea, cayó por debajo de los 50 dólares el domingo, un mínimo desde julio de 2017.

La propuesta drástica de casi multiplicar por dos los recortes de producción no gusta a Rusia, el segundo productor del mundo, por detrás de Estados Unidos y antes de Arabia Saudita.

Los ingresos petroleros de Moscú y Riad disminuyen principalmente por la desaceleración económica de China, el principal importador mundial de petróleo, a causa del coronavirus.

Para intentar convencer a sus diez aliados, la OPEP solo les pide que asuman un tercio del total de recortes, es decir 500.000 barriles al día, según un comunicado de la organización el jueves.

Moscú basa sus previsiones presupuestarias en un barril a un precio de 42,4 dólares y dijo que estaba satisfecho con el nivel actual.

Por eso el miércoles Rusia esperaba prorrogar simplemente el acuerdo actual, pero sin añadir nuevos recortes, según la agencia pública RIA Novosti.

Una opción que no gusta a Arabia Saudita, el principal productor de la OPEP, que quiere dar un real estímulo a los precios del barril.

Más allá de las discrepancias de fondo, la epidemia de coronavirus también alteró las costumbres de los ministros y delegados de los miembros del cartel que acuden esta semana a Viena.

El jueves, un médico recordó antes de la reunión de los riesgos de contaminación, considerados “débiles” en Viena, aunque pidió evitar darse las manos y avisar al equipo médico en caso de tos o fiebre.

Austria registró por el momento 37 casos de infección de nuevo coronavirus.

Durante la jornada hubo controles de temperatura en la entrada del edificio de la OPEP, igual que en un hotel cercano, convertido en centro de prensa temporal después de que la organización decidiera prohibir el acceso a las oficinas del cártel “debido al riesgo de salud pública”.

El secretario general de la OPEP, el nigeriano Mohammed Barkindo, y el ministro ruso de Energía, Alexandre Novak, incluso se atrevieron a probar el “footshake”, el saludo con los pies para evitar darse la mano que se está poniendo de moda, según un video difundido por la organización.