Una base militar iraquí que alberga a tropas estadounidenses en la provincia de Kirkuk, norte de Irak, fue blanco de un ataque con cohetes el jueves por la noche, informaron fuentes de seguridad iraquíes y estadounidenses a la AFP, que no precisaron si hubo víctimas.
Se trata del primer ataque contra la base K1 desde el 27 de diciembre, cuando murió un contratista estadounidense durante un bombardeo con al menos 30 cohetes, ataque que Washington atribuyó al Kataeb Hezbolá, una milicia iraquí cercana a Irán.
Un cohete tipo Katiusha cayó en la base K1 hacia las 20:45 locales (14:45 de Chile) y los cazabombarderos estadounidenses inmediatamente decolaron y volaron a baja altitud en esta zona del norte del país, señalaron a la AFP fuentes de seguridad iraquíes.
En diciembre pasado, Estados Unidos acusó al grupo paramilitar chiita iraquí pro-Irán brigadas del Hezbolá de ser el responsable del ataque contra esta base, alcanzada entonces por unos treinta cohetes.
En represalia, Washington lanzó ataques aéreos el 29 de diciembre contra varias bases de estas brigadas del Hezbolá, matando a 25 combatientes del grupo, integrante del Hashd al Shaabi, coalición paramilitar dominada por facciones pro-Irán, integrada en las fuerzas regulares iraquíes.
Dos días después, miles de simpatizantes del Hashd atacaron la embajada estadounidense en Bagdad.
Y, el 3 de enero, Estados Unidos lanzó un ataque con drones asesinando al poderoso general iraní Qassem Soleimani, cerca del aeropuerto de Bagdad, así como a su lugarteniente iraquí y líder ‘de facto’ del Hashd, Abu Mehdi al Muhandis.
Este ataque exacerbó el sentimiento antiestadounidense en Irak. El 5 de enero, el Parlamento iraquí votó la partida del país de las tropas extranjeras, lo que incluye a unos 5.200 soldados estadounidenses.
En represalia al asesinato de Soleimani, Irán disparó misiles el 8 de enero contra dos bases iraquíes que albergan a soldados estadounidenses. Más de 100 soldados resultaron heridos en una de éstas, según un último balance del Pentágono.