El saldo de el ataque iraní contra una base de soldados estadounidenses en Irak a principios de enero aumentó a 109 heridos, 45 más de lo anunciado a fines de enero, según una nueva evaluación del Pentágono.

De los 109 militares estadounidense que sufren “conmoción cerebral leve”, 76 -es decir casi el 70% de ellos-, han regresado a sus unidades, dijo el Departamento de Defensa en un comunicado publicado el lunes.

La noche del 7 al 8 de enero el Teherán lanzó misiles contra dos bases que albergaban a algunos de los 5.200 soldados estadounidenses desplegados en Irak, en represalia por la muerte del general iraní Qasem Soleimani en una operación estadounidense.

Después del ataque, el presidente Donald Trump afirmó que ningún estadounidense resultó herido.

Interrogado tras los primeros anuncios de conmociones cerebrales el mes pasado, el presidente estadounidense, que busca evitar cualquier escalada militar contra Irán, había minimizado una vez más el alcance del ataque.

“Escuché que tenían dolor de cabeza”, dijo. “No lo considero una lesión grave”.

Sus oponentes demócratas lo acusaron de mentir y faltar el respeto a los soldados heridos.

“Estamos agradecidos por los esfuerzos de nuestro personal médico que ha trabajado arduamente para brindar la atención adecuada a nuestros soldados, lo que ha permitido que el 70% de ellos regrese al servicio”, dijo la vocera del Pentágono Alyssa Farah, citada en el comunicado de prensa.

“Debemos continuar garantizando su salud física y mental”, agregó.