Los argelinos eligen este jueves al sucesor del presidente Abdelaziz Buteflika, en una jornada electoral que está marcada hasta ahora por los incidentes y la baja participación y que los ciudadanos, que llevan meses protestando en las calles, ven como una maniobra de supervivencia del régimen.

A las 15:00 locales (11:00 de Chile), la tasa de participación era del 20,43%, según el organismo electoral. En las anteriores elecciones, la participación había sido del 23,25% a las 14:00 locales y terminó siendo del 50,7% al final de la jornada electoral. Diversos observadores coinciden en que estas cifras han sido claramente falseadas en un país donde a menudo se denuncian fraudes en los comicios.

En esta ocasión, la mayoría de los 24 millones de electores argelinos desprecian claramente estas elecciones y la manera en la que se han organizado.

Decenas de miles de ciudadanos protestan desde febrero contra el régimen, una sacudida social llamada “Hirak”, en árabe, y que ya consiguió en abril la dimisión de Abdelaziz Buteflika, que tuvo las riendas del Estado durante 20 años. Ahora, el “Hirak” exige el desmantelamiento del conjunto del “sistema político”, en el poder desde la independencia en 1962, y estas elecciones presidenciales, según ellos, lo que pretenden es mantenerlo.

En plena jornada electoral, el jueves por la tarde unos 10.000 argelinos salieron a las calles de la capital, Argel, para protestar contra las votaciones. La policía intervino rápida y brutalmente para dispersar a los manifestantes, según pudieron comprobar periodistas de la AFP.

También en Argel, las votaciones tuvieron que suspenderse durante un tiempo en un colegio electoral que fue invadido por manifestantes.

En otras oficinas de votación de la región de Cabilia, al norte, las votaciones registraron muchos incidentes y en algunos puntos directamente tuvieron que suspenderse. Además, un centro de votaciones fue saqueado por detractores de estos comicios, según fuentes de seguridad.

En las localidades de Tizi-Ouzou y de Bouira, ambas en Cabilia, las votaciones fueron totalmente suspendidas, según diversas fuentes. En Tizi-Ouzou, la policía disparó gases lacrimógenos contra los manifestantes que intentaron invadir la sede del gobierno regional.

En Bouira, 80 km al sureste de Argel, la oficina del organismo encargado de organizar y supervisar las votaciones fue saqueada y todos los centros de votación tuvieron que ser cerrados, informó un periodista local a la AFP.

Imágenes difundidas en las redes sociales mostraban a jóvenes, en distintas localidades del país, haciendo trizas las listas electorales y rasgando votos depositados en las urnas con el ánimo de boicotear esta jornada electoral.

En Cabilia vive la mayoría de la minoría berebere de Argelia, que representa a un cuarto de la población del país, es decir, a unos 10 millones de personas. En las principales ciudades de esta región la participación en los comicios era casi nula.