Los diputados israelíes dieron su acuerdo preliminar el miércoles para la disolución del parlamento y la celebración de unas nuevas elecciones en marzo, las terceras en menos de un año, en las que se repetirá el duelo entre el primer ministro, Benjamin Netanyahu, acusado de corrupción, y su gran rival, Benny Gantz.

Los diputados tenían hasta el miércoles a medianoche para intentar lograr in extremis un acuerdo de gobierno y evitar nuevos comicios, pero decidieron precipitar su decisión al aprobar un proyecto de ley que prevé la disolución de la cámara y las nuevas elecciones.

El texto tiene que someterse a dos lecturas más durante la jornada pero las posibilidades de que Gantz y Netanyahu logren unirse son ínfimas.

Los israelíes votaron en abril y después en septiembre. En ambas citas con las urnas Netanyahu y Gantz quedaron prácticamente empatados y sin posibilidad de llegar a la mayoría necesaria para formar gobierno, es decir 61 diputados sobre 120.

Los partidos de Netanyahu, el Likud (derecha) y de Gantz, Azul-Blanco (centro-derecha), ya dieron en estos días su visto bueno para realizar una campaña rápida y votar antes de la gran fiesta judía de Purim, en marzo.

Los escándalos judiciales son en buena parte responsables de este bloqueo político en Israel. Netanyahu, que ha sido primer ministro durante 13 años, los diez últimos consecutivos, lo que es un récord en Israel, fue acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza en noviembre.

Algunos de sus allegados, como su abogado, también van a ser acusados de lavado de dinero por una operación de compra de submarinos a la firma alemana ThyssenKrupp.

Electores resignados

En las últimas semanas, Gantz ha instado a su rival a retirarse de la política hasta que su panorama judicial se aclare o a renunciar a una inmunidad que le libraría de rendir cuentas ante un juez mientras ocupe un cargo en el gobierno.

Y Netanyahu ha hecho caso omiso a estas exigencias y pidió a Gantz, exjefe de Estado mayor, que deje de querer ser el primero en presidir el gobierno en caso de acuerdo entre sus dos partidos.

“Parece que entramos en un tercer ciclo electoral debido a los intentos de Netanyahu de obtener su inmunidad”, acusó Gantz.

Entre los dos rivales políticos se encuentra el ultranacionalista Avigdor Lieberman, líder de la formación Israel Beitenou, el único partido que no ha dado su apoyo a nadie y cuyos escaños hubieran bastado a Netanyahu y a Gantz para obtener la mayoría necesaria para gobernar y evitar así nuevas elecciones.

“No puedo aceptar que la agenda política sea dictada por los problemas legales de un solo hombre”, dijo Lieberman el miércoles, refiriéndose a Netanyahu.

Los electores israelíes parecen resignados a tener que votar por tercera vez y los medios ya ironizan sobre cuándo serán las cuartas elecciones, ya que los sondeos apuntan que en marzo los resultados serán prácticamente idénticos a los septiembre.