Los kurdos sirios anunciaron el domingo 13 de octubre que habían llegado a un acuerdo con Damasco sobre el despliegue del ejército sirio cerca de la frontera turca. El objetivo es apoyar a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Los contactos entre ambas partes se habían reanudado a través de Rusia desde el inicio de la ofensiva de Ankara el miércoles. Bashar al Asad es el principal beneficiario de este giro en el conflicto.

No cabe duda: el anuncio de la administración kurda marcará un punto de inflexión y volverá a barajar las cartas en el conflicto sirio. Damasco enviará sus tropas a territorio controlado por los kurdos – a petición de éstos – para ayudarles a repeler la agresión en Ankara. Esta asesina ofensiva turca contra los kurdos es una bendición para el régimen de Bashar al Asad.

Las conversaciones que condujeron al acuerdo tuvieron lugar en la base aérea rusa de Hmeimim, en la provincia de Latakia, entre representantes del gobierno sirio y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) dirigidas por los kurdos, en particular por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG).

Si los kurdos se volvieron hacia Damasco es porque fueron abandonados por los estadounidenses. Washington anunció el domingo la retirada de mil de sus soldados del norte de Siria, casi todas las fuerzas del país.

El acuerdo sirio-kurdo no era obvio: hasta hace poco, el régimen de Bashar al Asad describía a los combatientes de esta minoría como “traidores” por su alianza con Washington. Varios observadores lo habían señalado: la salida de los norteamericanos dejaría el campo abierto a Rusia y al régimen sirio.

“Concesiones dolorosas”

Para justificar este acuerdo entre los kurdos y Damasco, el alto comandante de las FDS Mazloum Abdi declaró en Foreign Policy, una revista estadounidense, que el régimen sirio y su aliado ruso habían “hecho propuestas que podían salvar la vida de millones de personas”.

“Sabemos que tendremos que hacer concesiones dolorosas”, admitió.” Pero entre el compromiso y el genocidio de nuestro pueblo, elegiremos la vida”, agregó.

Justo antes de la ofensiva turca, los kurdos habían pedido a Rusia que desempeñara un papel de “garante” en el “diálogo” con el régimen, que entonces había dicho que estaba dispuesto a “acoger a sus hijos extraviados”

Ahora, las FDS esperan que el ejército sirio les ayude a liberar todas las localidades ocupadas por el ejército turco y sus aliados desde el comienzo de esta ofensiva. En los últimos años, los kurdos han establecido una autonomía de facto sobre vastas zonas del norte y el nordeste de Siria, alrededor de un tercio del país, después de haber dedicado todas sus fuerzas en la batalla de los últimos años contra los yihadistas del grupo Estado Islámico. Kobane, Raqqa, especialmente y más recientemente Baghouz, lucharon la guerra y liberaron todas estas ciudades una por una.

Desde entonces, los kurdos han estado negociando con el régimen de Damasco. No para separarse, sino para preservar sus conquistas. Sin embargo, Damasco podría volver a imponer su soberanía sobre esta región.

Movimientos de tropas sirias

La ofensiva turca, lanzada hace cinco días tras la retirada estadounidense y a pesar de las fuertes críticas internacionales, pretende establecer una “zona de seguridad” de 32 kilómetros de profundidad para separar su frontera de los territorios controlados por las Unidades de Protección Popular (YPG), considerada una organización “terrorista” por Ankara.

Es probable que esta “zona” acoja a algunos de los 3,6 millones de sirios que actualmente se refugian en Turquía, una de las muchas consecuencias del conflicto que ha asolado Siria desde 2011.

Sobre el terreno, se ha informado de un movimiento de tropas sirias hacia Manbij y posiblemente también hacia Kobane, dos ciudades amenazadas por Turquía. Queda por ver si Ankara irá en contra de la voluntad de Moscú, que sigue siendo dominando el juego en Siria. Según la ONU, más de 130.000 personas han sido desplazadas.