Estados Unidos y Rusia mantienen conversaciones sobre una “posible solución” que sacaría a Siria del aislamiento internacional si se compromete a dar una serie de pasos, incluyendo un alto el fuego en Idlib, dijo este miércoles el enviado estadounidense para este país.

Tras un encuentro a puertas cerradas del Consejo de Seguridad de la ONU, Jim Jeffrey dijo a la prensa que Moscú y Washington estaban explorando un “acercamiento paso a paso” para poner un fin a la guerra de ocho años, pero que eso requeriría “decisiones difíciles”.

En conversaciones en Rusia este mes, el Secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo abordó el plan que “permitiría a un gobierno sirio que se adhiere a (la resolución de la ONU) 2254, volver a la comunidad internacional”, dijo Jeffrey.

Dicha resolución llama a negociaciones pacíficas, a la redacción de una nueva constitución y a elecciones supervisadas por la ONU en Siria.

Pero el enviado de Estados Unidos contrastó: “Hasta ahora no hemos visto medidas como el alto el fuego en Idlib, (ni) la constitución de un comité constitucional que nos daría confianza de que el régimen de (Bashar Al) Asad realmente comprende lo que debe hacer para terminar con este conflicto”.

Estados Unidos, que una vez exigió la destitución de Asad, ha dejado de pedirle su salida, pero los comentarios de Jeffrey sugirieron que ahora estaba listo para ofrecer incentivos con el fin de avanzar hacia un acuerdo.

Pompeo mantuvo una reunión de cerca de dos horas con el presidente ruso Vladimir Putin en Sochi el 14 de mayo.

Decisiones difíciles

Este miércoles, Jeffrey mantuvo encuentros separados con enviados de miembros permanentes del Consejo, como Reino Unido, Francia, China y Rusia.

Según dijo, hay un “sincero interés en encontrar una solución a este conflicto”.

“Pero esto va a implicar decisiones difíciles; decisiones difíciles no solo por nuestra parte, sino también por parte de los rusos y sobre todo del régimen sirio”
, agregó.

El Consejo de Seguridad se reunió para debatir esfuerzos para terminar la guerra, en momentos en que las fuerzas de Asad y sus aliados rusos incrementaron sus ataques en la región del noroeste de Idlib, el último gran bastión yihadista.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Vershinin, quien también se reunirá en Naciones Unidas esta semana, dijo a periodistas que las fuerzas sirias respaldadas por Rusia estaban realizando “operaciones dirigidas contra terroristas”.

La mayor parte de la provincia de Idlib está controlada por Hayat Tahrir Al Sham, un grupo dominado por exmiembros de la socia siria de Al Qaeda, que se encuentra en la lista del terrorismo de la ONU.

Vershinin dijo que Rusia está “lista para coordinarse” con Estados Unidos para desarrollar una “visión común” sobre cómo tener un acuerdo político sostenible en Siria.

El enviado de la ONU, Geir Pedersen, destacó que la cooperación entre Estados Unidos y Rusia era clave para impulsar un acuerdo de paz para Siria, pero el gobierno de Damasco debe acordar los pasos.

“Sin eso, nos arriesgamos a un escenario que llamo ‘sin guerra ni paz’, donde las cosas continuarán complicadas y no veremos a Siria como parte normal de la sociedad internacional en el futuro”, dijo.

Más de 370.000 personas han muerto, y más de la mitad de la población Siria ha migrado, desde el inicio del conflicto en marzo de 2011.