La ciudad santa de La Meca se dispone a acoger a dirigentes árabes y musulmanes en tres reuniones, en las que Arabia Saudita busca el apoyo de países de la región contra su gran rival, Irán, tras los recientes ataques contra objetivos petroleros en el Golfo.

El ministro saudí de Exteriores, Ibrahim al Asaf criticó el miércoles la “injerencia” iraní en la región tras las nuevas acusaciones del consejero estadounidense de seguridad, John Bolton, quien afirmó que Teherán estaba seguramente tras los actos de sabotaje del 12 de mayo contra barcos petroleros, cerca de Emiratos Árabes unidos.

Estas declaraciones se producen cuando Arabia Saudita, sunita, aliada de Washington, busca aislar a Irán, su gran rival chiita, y marcan la pauta antes de esas tres reuniones: la de las monarquías del Golfo, la de jefes de Estado árabes y la de líderes de países musulmanes.

“El apoyo de Teherán a los rebeldes hutíes en Yemen es la prueba de la injerencia iraní en los asuntos de otras naciones y es algo que (…) los países islámicos deberían rechazar”
, dijo Asaf.

El ministro saudí habló durante una reunión de ministros de Exteriores de los 57 miembros de la OCI en la ciudad de Yedá, cerca de La Meca, en el oeste de Arabia Saudita.

“Firmeza y determinación”

Un representante de Teherán, Reza Najafi, alto responsable del ministerio iraní de Exteriores, asistió a la reunión preparatoria de la OCI, de la que Irán es miembro. En cambio, el ministro iraní de Exteriores Javad Zarif no estuvo presente.

Asaf dijo que los ataques contra objetivos petroleros deben ser tratados con “firmeza y determinación”.

Las tensiones en la región aumentaron con el ataque aquel 12 de mayo a cuatro navíos, dos de ellos petroleros sauditas, frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos, así como por la multiplicación de disparos de drones de los rebeldes hutíes en Yemen, apoyados por Irán, contra objetivos sauditas, incluyendo dos estaciones de bombeo de un oleoducto.

Además, las tensiones regionales se exacerbaron desde que en abril la administración de Donald Trump inscribiera a los Guardianes de la Revolución iraníes en la lista negra de “organizaciones terroristas”.

Washington también ha reforzado las sanciones contra Irán tras haber abandonado, hace un año, el acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear iraní.

Irán niega acusaciones

Teherán ha “negado con firmeza” las acusaciones de Bolton, calificándolas de “ridículas”.

“Bolton y los demás belicistas que buscan el caos deben saber que la estrategia de la paciencia, la vigilancia y la óptima preparación defensiva de Irán impedirán la realización de sus diabólicos deseos en la región”, dijo el portavoz del ministerio iraní de Exteriores.

Por otro lado, un hecho significativo es que Catar, que protagonizó una grave crisis diplomática con Riad y sus aliados en junio de 2017, ha enviado a Arabia Saudita a su primer ministro, el jeque Abdalá ben Nasser Al Thani.

Estados Unidos, aliado a la vez de Arabia y de Catar, se felicitó por esta situación.

Washington ha intentado en estos dos años mediar entre estos dos países, pues su enfrentamiento era negativo para su estrategia de aislamiento de Irán.