Poco meses después de las últimas elecciones, Israel podría volver a las urnas si Benjamin Netanyahu no logra formar una coalición de gobierno en las próximas 48 horas.

El futuro de Netanyahu, en el poder desde hace más de diez años sin interrupción y 13 en total, parece en peligro desde las elecciones del 9 de abril.

Netanyahu tiene hasta el miércoles a medianoche para formar una coalición de gobierno, conforme al mandato que le confió el presidente israelí Reuven Rivlin tras las elecciones.

Pero a pesar de su triunfo electoral, el primer ministro se enfrenta a las duras negociaciones con Avigdor Lieberman, el que fue su ministro de Defensa.

De momento el partido de Netanyahu, el Likud empezó el proceso de disolución del parlamento (Knesset).

Los diputados aprobaron un texto en este sentido el lunes en lectura previa y este martes en primera lectura. Existe incluso una fecha provisional para las nuevas elecciones, el 17 de septiembre.

Sin embargo la ley tiene que ser adoptada en segunda y tercera lectura para que la Knesset se disuelva. Y en caso de fracaso de las negociaciones antes del miércoles por la noche sería posible un aplazamiento.

El presidente Rivlin podría optar también por confiar la formación del gobierno a otro diputado, una hipótesis que Netanyahu rechaza.

Para salir de la crisis, la lista de centro-derecha del principal opositor de Netanyahu, el general Benny Gantz, dijo estar dispuesta a formar un gobierno de unión con el Likud. Un gobierno como este tendría una sólida mayoría de 70 diputados sobre 120.