El proceso de diez militantes saudítas de la causa femenina se inició el miércoles ante un tribunal penal de Riad, mostrando de nuevo la situación de los derechos humanos en ese país ultraconservador del Golfo.

Esta primera audiencia se lleva a cabo cuando Arabia Saudita trata de mejorar su imagen, muy afectada por el asesinato en octubre en Turquía del periodista y opositor Jamal Khashoggi por un comando proveniente de Riad, en el interior del consulado en Estambul.

Lujain al-Hathlul, Hatoon al-Fassi y Aziza al-Yusef figuran entre las militantes juzgadas y detenidas hace cerca de un año, declaró el presidente de la corte Ibrahim al-Sayari a periodistas y diplomáticos occidentales, sin precisar las acusaciones que pesan en su contra.

Solo miembros de las familias fueron admitidos en el tribunal.

“Parece ahora que las autoridades inculparán a las militantes tras haberlas mantenido detenidas casi un año sin ningún acceso a un abogado y sometidas a tortura, malos tratos y hostigamiento sexual”, declaró a la AFP Samah Hadid, directora de las campañas de Amnesty International para el Oriente Medio.

“Peligrosa escalada”

“Las autoridades consideran ahora la defensa de los derechos de las mujeres como un crimen, lo que representa una escalada peligrosa en la represión del activismo a favor de los derechos humanos”, dijo.

El presidente de la corte indicó que las acusadas tenían acceso a abogados independientes, lo que había sido negado antes por algunos miembros de sus familias.

Amnistía Internacional y un allegado a Lujain al-Hathlul indicaron, la víspera del proceso, que esta militante iba a comparecer ante un tribunal de Riad especializado en asuntos de “terrorismo” y que pronuncia generalmente veredictos muy severos.

Pero las familias fueron informadas tarde el martes por las autoridades que el proceso se llevaría ante el tribunal penal.

Más de diez militantes fueron detenidas en mayo de 2018, un mes antes del levantamiento histórico de una medida que prohibía a las mujeres conducir en Arabia Saudita.

La mayoría de esas militantes, que defendían el derecho de las mujeres a conducir o pedían el levantamiento del sistema de tutela que impone a las mujeres tener permiso de un familiar masculino para realizar muchas actividades, fueron acusadas de atentar contra los intereses nacionales y ayudar a los “enemigos del Estado”.

Fueron consideradas como “traidoras” por medios oficiales. Algunas fueron liberadas después.

Reformas y represión

“Las acusaciones de malos tratos y el proceso de militantes saudíes de derechos humanos son otro signo de la escalada de la represión en Arabia Saudita”, subrayó a la AFP Adam Coogle, investigador de la ONG Human Rights Watch.

“Las autoridades deben inmediatamente poner fin a estos procesos injustos y liberar a todo militante acusado solo por su activismo pacífico”, indicó.

Amnistía Internacional y la familia de Hathlul temen que la militante de los derechos de la mujer sea acusada de “terrorismo”.

Y el que ella y sus compañeras hayan comparecido ante un tribunal penal provocó especulaciones sobre la posibilidad de su absolución en momentos en que el príncipe heredero Mohammed bin Salman enfrenta muchas críticas en el extranjero.

“Las acusaciones (de tipo) penal podrían abrir la vía a una absolución”, consideró Bessma Momani, profesora en la Universidad de Waterloo en Canadá.

“Los sauditas deben pasar a otra cosa. La economía del país y el éxito de las reformas dependen de la eliminación de las percepciones negativas provocadas por la detención de las mujeres”, señaló.

En los últimos años, el joven príncipe heredero fue motor de un proceso de modernización del país, pero ese proceso estuvo acompañado de la represión a todo tipo de protesta.

La represión de militantes de derechos humanos causó muchas críticas internacionales a Arabia Saudita, incluso antes que el caso Khashoggi.

La semana pasada, 36 países condenaron ante la ONU el asesinato del periodista y pidieron al reino saudita una investigación “rápida y profunda” para que todos los responsables sean juzgados.