Dos bebés siameses fallecieron en Saná, la capital de Yemen, controlada por los rebeldes hutíes, que habían pedido que la coalición permitiera abrir el aeropuerto para su evacuación urgente al extranjero, anunciaron los insurgentes.
Los siameses tenían dos cabezas pero solo un tronco, un riñón, dos piernas y dos brazos.
El aeropuerto de Saná está cerrado al tráfico civil a causa del bloqueo aéreo impuesto por la coalición liderada por Arabia Saudita, que desde 2015 interviene militarmente contra los hutíes en el conflicto que vive el país.
Un equipo médico saudita dijo estar preparado a tomar a su cargo a los bebés, de dos semanas de nacidos, pero luego no hubo más información sobre la propuesta.
Fayçal Al Babili, el responsable del servicio de pediatría del hospital Al Thawra de Saná, lanzó el miércoles un llamamiento para organizar una evacuación hacia el extranjero “lo antes posible”.
El responsable explicó que el sistema sanitario de Yemen está destruido a causa de la guerra y que fue imposible operar a los siameses para separarlos.
Los hutíes acusaron a la coalición de ser responsable de la muerte de los siameses por “su negativa a abrir el aeropuerto de Saná”, indicó un comunicado difundido por los medios rebeldes.
En el marco de las negociaciones entre las partes auspiciadas por la ONU, los hutíes continúan presionando para lograr la reapertura al tráfico civil del aeropuerto internacional de Saná, una ciudad que controlan, igual que gran parte del norte del país, desde hace cuatro años.
El conflicto en Yemen ha dejado unos 10.000 muertos, en su mayoría civiles, y más de 60.000 heridos desde marzo de 2015, según un balance parcial de la Organización Mundial de Salud (OMS).