El secretario de Estado Mike Pompeo dijo el miércoles que Estados Unidos sigue comprometido con la destrucción permanente del Estado Islámico (EI) a pesar de haber ordenado el retiro de sus fuerzas de Siria, al tiempo que pidió a sus preocupados aliados hacer más.

Pompeo ofreció garantías en la reunión de altos funcionarios de 79 países en Washington para discutir sobre cómo avanzar en la lucha contra el EI, luego de la repentina decisión del presidente Donald Trump en diciembre de retirar a sus 2.000 soldados de Siria asegurando que el grupo yihadista había sido derrotado.

“Pedimos a cada uno de sus países que se unan a nosotros y, a través de nuestros esfuerzos y la ayuda de Dios, llegará el día en que la derrota permanente de EI sea una realidad”, dijo.

Pompeo, uno de los defensores más firmes de Trump, describió la retirada de tropas como “esencialmente un cambio táctico”, a medida que los extremistas se dispersan por todo el mundo.

“No es un cambio en la misión”, dijo Pompeo, y agregó: “Nuestra lucha no siempre será necesariamente dirigida por los militares”.

“Estamos entrando en una era de yihad descentralizada, por lo que también debemos ser ágiles en nuestro enfoque”, dijo.

Retiro de Trump

En su discurso anual sobre el Estado de la Unión al Congreso el martes por la noche, Trump renovó su promesa de evitar “guerras interminables” y dijo que casi todo el vasto territorio que ocuparon los “monstruos sedientos de sangre” del Estado Islámico había sido recuperado.

Pero el propio jefe de inteligencia de Trump advirtió que el EI, cuya antigua fortaleza en Siria se reduce a una estrecha franja de territorio, tratará de reaparecer tras una retirada de tropas.

El director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, dijo al Congreso la semana pasada que el grupo yihadista aún maneja miles de combatientes en Irak y Siria. Algo que también comparte Naciones Unidas.

Con la esperanza de evitar los peores resultados, Pompeo pidió a los socios estadounidenses que intensificaran el intercambio de inteligencia y también que compensaran un déficit de 350 millones de dólares en un fondo destinado a la estabilidad de Irak.

“Ahora es el momento para que todos nosotros, no solo Estados Unidos, pongamos nuestro dinero donde está nuestra boca”, dijo Pompeo.

También renovó llamados a los otros países para reciban a combatientes extranjeros, un tema delicado para aliados como Francia y Gran Bretaña, que ven pocas ventajas en traer a casa a yihadistas duros, incluidos militantes que están detrás de las decapitaciones grabadas en video que impactaron a los televidentes de todo el mundo.

“Los miembros de esta coalición deben estar dispuestos a recibir a combatientes terroristas extranjeros, procesarlos y castigarlos”, dijo Pompeo.

Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza árabo-kurda apoyada por la coalición encabezada por Washington, han advertido que no podrán resguardar las prisiones donde se encuentran los yihadistas extranjeros tras una retirada estadounidense si Turquía ataca.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien habló con Trump antes de la orden de retirada estadounidense, prometió aplastar a los combatientes kurdos en Siria, vinculándolos con los separatistas de su país.

Se espera que las conversaciones en Washington analicen más de cerca una propuesta para una zona de amortiguamiento en la frontera entre Siria y Turquía para contener el conflicto.

“EI no ha sido derrotado”

Este miércoles, observadores de sanciones de la ONU afirmaron que EI no ha sido derrotado en Siria y sigue planteando la amenaza más significativa entre los grupos terroristas, contradiciendo afirmaciones de Trump.

Hay entre 14.000 y 18.000 militantes de EI en Siria e Irak, incluyendo hasta 3.000 combatientes extranjeros,
según un informe del equipo de monitoreo de sanciones presentado al Consejo de Seguridad.

El grupo “aún no ha sido derrotado en Siria, pero sigue bajo una intensa presión militar en el baluarte de su territorio residual en el este del país”, dijo el informe, utilizando el acrónimo ISIL, que se refiere al Estado Islámico en Irak y el Levante.

Los observadores de sanciones de la ONU dijeron que con la pérdida de su “califato” en Irak y Siria, el EI se había transformado en una red secreta, bajo el liderazgo de Abu Bakr al-Baghdadi.

El liderazgo del EI se redujo a un grupo disperso y “está ordenando a algunos combatientes que regresen a Irak para unirse a la red allí” con el objetivo de “sobrevivir, consolidarse y resurgir en el área central”, dijeron.

Según el informe, unos 1.000 combatientes extranjeros están detenidos en Irak y poco menos de 1.000 en el noreste de Siria, aunque los gobiernos están luchando para confirmar las nacionalidades de los detenidos.