La joven saudí que se encuentra bajo la protección del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Tailandia tras mediatizar su huída de Arabia Saudita a través de Twitter estaría en buena posición para obtener el estatuto de refugiada en Australia.

La ACNUR transmitió el expediente de “Rahaf Mohammed Al-Qunun a Australia para que examine la posibilidad de concederle el asilo como refugiada”, declaró el ministerio de Interior australiano en un comunicado.

“Si resulta que es una refugiada” estudiaremos “la posibilidad de una visa humanitaria”, declaró poco antes el ministro de Salud, Greg Hunt, al canal de televisión.

El ministro agregó que había hablado del caso con el ministro de Inmigración, David Coleman, el martes por la noche.

Australia es conocida por su política de inmigración muy restrictiva, denunciada por defensores de derechos humanos.

Rahaf Mohammed al-Qunun, de 18 años, llegó a Bangkok este fin de semana, procedente de Kuwait, y afirmó que quería huir de los abusos psicológicos y físicos de su familia y pedir asilo en Australia.

Las autoridades tailandesas renunciaron a expulsarla después de que publicara en Twitter multitud de mensajes y videos desesperados, con los que ganó rápidamente notoriedad internacional.

“La ACNUR va a encontrar un país para recibirla de aquí a dos días”, aseguró por su lado el miércoles el jefe de la policía de inmigración tailandesa, Surachate Hakparn, mencionando que “varios países” ofrecieron recibirla.

La policía tailandesa precisó que el padre y un hermano de la joven viajaron a Bangkok, pero que ella se rehusó a verlos.

‘Confiscar su celular’

El jefe de la policía de inmigración tailandesa fue también interrogado sobre lo que habría dicho el martes a responsables sauditas.

“Cuando llegó abrió una nueva cuenta (en Twitter) y sus seguidores pasaron a 45.000 en un sólo día”, dijo un responsable saudí no identificado, en árabe, según imágenes de video publicadas en Twitter por militantes sauditas de los derechos humanos. “Hubiese sido mejor que confiscacen su teléfono en vez de su pasaporte”.

“No tenemos el derecho de confiscar el teléfono celular de una persona que no cometió un crimen”, insistió por su lado Surachate, sin confirmar explícitamente que esas declaraciones existieron.

La AFP no pudo contactar a las autoridades sauditas para comentar estas imágenes.

En Arabia Saudita las mujeres están sometidas a numerosas restricciones. Se las obliga a estar bajo la tutela de un hombre (padre, marido u otro, según el caso) que ejerce sobre ellas una autoridad arbitraria y toma las decisiones importantes en su lugar.

Una mujer juzgada por haber cometido un crimen “moral” puede ser castigada violentamente por su familia, incluyendo su ejecución en el caso de lo que se denomina un “crimen de honor”.

El caso de Qunun toma especial importancia tras el asesinato reciente en el consulado saudita en Turquía del periodista Jamal Khashoggi.