El gobierno israelí de Benjamin Netanyahu obtuvo a última hora de la Corte Suprema un nuevo aplazamiento de un mes y medio para la votación de una controvertida ley sobre el reclutamiento de los judíos ultraortodoxos, que podría provocar la caída del gobierno.

La Corte Suprema había fijado para el 2 de diciembre la fecha límite para la adopción definitiva de esta ley, rechazada por los ultraortodoxos, que consideran que si los jóvenes estudiantes de los institutos talmúdicos prestan servicio en el ejército, los haría salir del mundo cerrado de la oración y los estudios religiosos.

El gobierno ya había obtenido un aplazamiento de tres meses en septiembre, que expiró el domingo.

Este texto, presentado por el gobierno, fue votado en primera lectura en julio y debe ser adoptado tras otras dos lecturas antes de entrar en vigor.

El gobierno había pedido un aplazamiento de la votación definitiva de la ley a fines de marzo de 2019 esperando obtener tiempo para llegar a un eventual compromiso. La Corte Suprema solo se lo acordó hasta el 15 de enero próximo.

Los 13 diputados de dos formaciones ultraortodoxas (el Shass y la Lista Unificada de la Torá), miembros de la coalición en el poder, se opusieron en julio a ese proyecto, aprobado con votos de la oposición.

El apoyo de los diputados de esos dos partidos religiosos se ha vuelto vital para la sobrevivencia de la coalición en el poder.

La mayoría de Netanyahu se redujo a un solo voto (de 120) tras la reciente renuncia del ministro de Defensa Avigdor Lieberman, jefe de Israel Beitenou, partido ultranacionalista (5 diputados).

La Corte Suprema revisó un proyecto de ley del gobierno en 2017 que habría legalizado excepciones masivas para los ultraortodoxos y exigió que el gobierno presentara un nuevo texto.

Yariv Levin, ministro de Turismo cercano a Netanyahu, advirtió la semana pasada que el gobierno podría caer si la Corte Suprema rechazaba acordar un nuevo aplazamiento.

Decenas de miles de ultraortodoxos de entre 18 y 24 años se benefician en la actualidad de la exoneración del servicio militar para poder dedicarse a estudiar en las yeshivás (seminarios talmúdicos).

La exoneración es mal vista por otros sectores sociales en un país habituado a las guerras y donde el ejército es una institución central.

Los jóvenes israelíes, hombres o mujeres, están obligados a prestar servicio militar a la edad de 18 años.