El presidente turco Recep Tayyip Erdogan advirtió este jueves que su país no se quedaría callado en el caso del periodista saudita desaparecido Jamal Khashoggi, después que su homólogo estadounidense Donald Trump pidiera explicaciones a Riad.

El periodista crítico del poder de Riad y colaborador del diario The Washington Post no ha dado señales de vida desde que el 2 de octubre ingresó al consulado de su país en Estambul, adonde se presentó para obtener un documento relacionado con su próximo matrimonio con una mujer turca.

Ankara afirma que Khashoggi no salió nunca del edificio, pero Riad dice lo contrario.

Según The Washington Post, los servicios de inteligencia estadounidenses tenían información de un plan saudita, que implicaba al príncipe heredero Mohamed Bin Salmán y que consistía en tenderle una trampa para detenerlo.

Según el diario, el periodista de 59 años, que optó por vivir en Estados Unidos, habló con varios amigos de su desconfianza respecto a las propuestas que le hicieron responsables sauditas. Según estas versiones, le habrían ofrecido protección e incluso un trabajo de alto nivel.

Sin embargo un portavoz del departamento de Estado estadounidense, Robert Palladino, desmintió que Washington haya tenido información previa sobre la desaparición del periodista.

Por el lado turco, varios medios difundieron imágenes de las cámaras de seguridad filmadas afuera del consulado, que muestran al periodista entrar y luego varios vehículos que entran y salen, pero los sauditas sostienen que las cámaras del consulado no estaban funcionando ese día.

El presidente Erdogan se mostró escéptico en declaraciones divulgadas este jueves en las cuales afirmó que Arabia Saudita tiene los sistemas de videovigilancia “más avanzados”.

“Si sale un mosquito (del consulado), sus sistemas de cámaras lo van a interceptar”, dijo a periodistas a bordo del avión que lo trasladaba después de una visita en Budapest.

“Este incidente se desarrolló en nuestro país. No podemos quedarnos callados”, agregó.

“Muy decepcionados”

La cadena pública turca en inglés TRT World, informó el martes que las autoridades turcas sospechan que un grupo de sauditas que llegó a Estambul el día de la desaparición del periodista se fue del país con las imágenes de videovigilancia de la legación.

Erdogan prefirió la prudencia cuando fue consultado sobre las afirmaciones de responsables turcos que dijeron que Khashoggi fue asesinado en el consulado por agentes sauditas.

“No es justo que yo comente suposiciones, pero tenemos nuestras preocupaciones”, dijo.

Riad desmiente la tesis del asesinato. Desde que estalló el caso, las cuentas de Twitter prosauditas han hecho acusaciones confusas contra Catar, rival regional de Riad y aliado de Ankara, los Hermanos Musulmanes o incluso su prometida turca de haber inventado esta historia para desacreditar a Arabia Saudita.

Jamal Khashoggi se exilió en 2017 a Estados Unidos, después de haber caído en desgracia en el entorno de Mohamed bin Salmán.

Su prometida, Hatice Cengiz, pidió ayuda al presidente Donald Trump, quien el miércoles dijo a la prensa en Washington que mantuvo contactos “al más alto nivel”, “una vez más”, con los saudíes, respecto al caso del periodista.

“Estamos decepcionados por lo que está pasando. No nos gusta” y “queremos saber qué esta sucediendo allá”, aseguró.

La Casa Blanca indicó que dos de los asesores más cercanos a Trump, su yerno Jared Kushner y el responsable del Consejo de Seguridad Nacional John Bolton, habían hablado el martes con el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán.

Después que el diario oficialista turco Sabah divulgó el miércoles el nombre, la edad y las fotografías de 15 hombres presentados como el “equipo de asesinato” enviado por Riad, los medios y cuentas en las redes sociales pudieron identificar a gran número de ellos como agentes de los servicios de seguridad o cercanos del príncipe heredero.

Las autoridades turcas obtuvieron el martes la autorización para registrar el consulado saudita, pero hasta ahora no se ha realizado.