Los ataques realizados este sábado en Siria por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña se concentraron en centros de investigación y sitios militares vinculados al programa de armas químicas del régimen de Bashar Al Asad, cerca de Damasco y en el centro del país.

Estos ataques fueron lanzados en respuesta a un presunto ataque químico atribuido al régimen sirio, el 7 de abril en la ciudad de Duma, que era hasta entonces el último bastión rebelde en Guta Oriental, al este de Damasco.

Tres blancos precisos

Washington indicó que los ataques Occidentales fueron contra tres blancos: uno cerca de Damasco y dos en la provincia de Homs.

En las afueras de Damasco, atacaron “un centro de investigación, de desarrollo, de producción y de pruebas de tecnología química y biológica”, explicó el jefe del estado mayor estadounidense, el general Joe Dunford.

Un “centro de investigaciones” en el barrio de Barzé, en el límite noreste de Damasco, fue blanco de misiles, que provocó “la destrucción de un centro de formación y de laboratorios científicos”, dijo la agencia oficial SANA.

En la provincia de Homs, atacaron un “depósito de armas químicas”, según dijo el general Dunford. “Estimamos que era allí donde se encontraba principalmente el gas sarín sirio y los primeros equipos de producción”, agregó.

El tercer blanco, situado cerca del segundo, fue “un depósito para equipamientos de armas químicas y un importante puesto de comando”, agregó.

Los británicos indicaron por su parte que atacaron un complejo militar “donde el régimen supuestamente conservaba armas químicas”, a 24 kilómetros al oeste de la ciudad de Homs.

Los ataques destruyeron una “buena parte del arsenal químico” del régimen sirio, dijo el jefe de la diplomacia francesa Jean-Yves Le Drian.

Instalaciones conocidas

Según la organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), todos los blancos son sucursales del Centro de Estudios y de Investigaciones Científicas de Siria (CERS), una entidad que depende del ministerio de Defensa y sospechosa de ser el principal laboratorio a cargo de programas químicos, de acuerdo a los occidentales.

En el pasado, Estados Unidos acusó a este centro de desarrollar gas sarín, un arma que según la ONU fue utilizada en un ataque químico en la localidad siria de Jan Cheijun (al noroeste del país), donde murieron más de 80 civiles en abril de 2017.

Después de este ataque, Estados Unidos anunció sanciones financieras contra 271 científicos del CERS.

Más recientemente, en enero de 2018, Francia sancionó a entidades y responsables de empresas, ante la sospecha de que formaban parte de las “redes de adquisición” de ese centro.

Sin tocar a Rusia

Aliado indefectible del régimen sirio, Moscú afirmó que ninguno de los ataques alcanzó sus bases aéreas o navales en Siria, situadas en el noroeste del país.

Rusia también indicó que “según las informaciones preliminares”, no había “ninguna víctima en el seno de la población civil o de la armada siria”.

De acuerdo al OSDH, “las instalaciones tomadas como blanco estaban completamente vacías” después de que “las fuerzas presentes fueron evacuadas desde hace más de tres días”.

La agencia SANA indicó que tres civiles resultaron heridos en Homs luego que la defensa antiaérea siria “desvió” misiles.

El ejército ruso afirmó que la defensa antiaérea siria interceptó 71 de los 103 misiles de crucero lanzados por Estados Unidos y sus aliados.