Las fuerzas del régimen sirio proseguían este lunes su avance en el enclave rebelde de Guta Oriental, y bombardeaban dos ciudades del oeste de este feudo insurgente, cercano a Damasco.

La ofensiva del régimen, que quiere recuperar la totalidad de este último bastión rebelde en las afueras de la capital, ha dejado desde el 18 de febrero 1.144 muertos –240 de ellos niños– y más de 4.400 heridos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Estas víctimas se añaden al devastador balance humano de la guerra en Siria, que causó más de 350.000 muertos en siete años, según esta ONG.

Gracias al apoyo de su aliado ruso, y ante la impotencia del parte de la comunidad internacional, las fuerzas del régimen de Bashar al Asad han encadenado las victorias en los últimos años contra los rebeldes y los yihadistas, logrando retomar el control de más de la mitad del país.

En Guta Oriental, el régimen está decidido a reconquistar este bastión rebelde, de unos 400.000 habitantes y sitiado desde 2013. Los rebeldes lanzan regularmente obuses contra la capital desde Guta.

El ejército controla 60% del enclave, según el OSDH.

La devastadora ofensiva de las fuerzas del régimen sirio en Guta Oriental ha aislado a sus principales localidades y dividido el enclave en tres partes.

Ataques contra Damasco

El domingo, las fuerzas del régimen recuperaron el sector estratégico de Madira (centro) a pesar de la fuerte resistencia de los rebeldes.

En la parte occidental del enclave, que bordea la capital, las fuerzas del régimen avanzaban el lunes desde Madira hasta Arbin, en el sur, y Harasta, al norte, localidad ésta que estaba totalmente rodeada, según el OSDH.

Los rebeldes replican a estas operaciones en Guta Oriental disparando con obuses contra la capital
. El lunes, dos personas murieron, y el domingo una veintena de obuses dejó cuatro muertos civiles, según la prensa oficial siria.

Las fuerzas del régimen, apoyadas por Rusia, habían logrado aislar el sábado Duma, la principal ciudad de este último bastión rebelde a las puertas de Damasco,

Un corresponsal de la AFP pudo ver a residentes circulando por las calles devastadas por los bombardeos, a otros agolpados frente a una carnicería, pues la carne es aún abundante en el mercado gracias a lo granjeros que han venido a refugiarse en esta ciudad, tras haber huido de las zonas rurales de las que se ha apoderado el régimen.

El régimen sirio también ha sido acusado de usar cloro contra los civiles de Guta Oriental en las últimas semanas.

El domingo, el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, advirtió que sería “muy insensato” que el presidente Bashar al Asad usara armas químicas contra los civiles, pero no dijo si eso desencadenaría una respuesta militar por parte de Washington.

La mayor parte de Guta aún en manos de los rebeldes es controlada por los grupos Faylaq Al Rahman y Jaich al Islam, aunque también están presentes yihadistas que estuvieron antaño vinculados con Al Qaida.

20.000 niños muertos

La guerra en Siria comenzó en marzo de 2011 con la represión de las manifestaciones prodemocracia, y fue volviéndose más compleja con el paso del tiempo, a medida que entraron nuevos actores.

En total “353.935 personas murieron desde el 15 de marzo de 2011”, indicó el OSDH, que dispone de una red de informantes en Siria.

Entre las víctimas figuran 106.390 civiles, entre ellos 19.811 niños, según esta fuente.

Según la UNICEF cada vez más niños mueren en la guerra en Siria.

“En 2017, la violencia ciega y extrema mató al mayor número de niños visto hasta ahora, un 50% más que en 2016”, dijo el organismo en un informe, en el que señala que el año 2018 se anuncia aún más sombrío