Las fuerzas del régimen sirio y sus aliados retomaron en las últimas 48 horas sectores periféricos del enclave rebelde en la región de la Guta Oriental, en medio de intensos combates sobre el terreno y tras unos bombardeos que fueron devastadores.

En otro frente de la guerra en Siria, 36 miembros de las fuerzas favorables al régimen murieron el sábado en bombardeos perpetrados por Turquía, cuyo ejército lleva a cabo una ofensiva en su frontera contra el enclave kurdo sirio de Afrin, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

La guerra de Siria, que el próximo 15 de marzo entrará en su octavo año, ha ido ganando complejidad en este tiempo, con la intervención militar de potencias extranjeras y de grupos yihadistas, dejando más de 340.000 muertos.

Apoyado por Rusia, el régimen de Bashar Al Asad reforzó en los últimos días los ataques terrestres en los sectores periféricos del enclave rebelde de Guta Oriental, cerca de Damasco, según el OSDH.

Estos combates podrían marcar el inicio de la ofensiva terrestre que se prevé que lance el régimen, según una oenegé y un medio prorrégimen, tras una campaña aérea contra la región en manos de los insurgentes, donde más de 640 civiles -incluyendo 152 niños- han perdido la vida desde el 18 de febrero.

Este sábado, seis civiles murieron, según el OSDH.

Pero ni el régimen ni los medios que le son afines mencionaron que se esté llevando ninguna ofensiva terrestre.

El poder sirio persigue recuperar Guta Oriental con el despliegue, desde mediados de febrero, de refuerzos en torno al enclave, donde 400.000 habitantes están sitiados desde 2013. Las fuerzas favorables a Al Asad controlan dos tercios de Guta y los rebeldes, un tercio.

“Las fuerzas prorrégimen intensificaron sus ataques contra los rebeldes en las últimas 48 horas” en el sur del enclave, indicó el OSDH, donde lograron arrebatarle dos localidades y dos bases militares a Yaish Al Islam, uno de los grupos insurgentes que controlan el enclave.

“Saborear la derrota”

Por su parte, refiriéndose al “avance del ejército en Guta Oriental”, el viceministro sirio de Relaciones Exteriores, Ayman Susan, aseguró que “los terroristas saborearán la derrota próximamente en Guta, como les ocurrió en Alepo”, segunda ciudad del país.

La situación en Guta Oriental recuerda a lo ocurrido en 2016 en Alepo (norte), donde los rebeldes tuvieron que abandonar los barrios que controlaban tras un asedio asfixiante y devastadores bombardeos del régimen y de su aliado ruso.

En Guta Oriental, el objetivo del régimen es aislar las regiones de Marj (sureste) y Duma (norte), que son las de mayor número de habitantes, del resto del enclave, con la idea de conquistarlas, según el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. Así, el enclave rebelde, de un centenar de km cuadrados quedaría dividido en dos.

Con el aumento de los combates terrestres, los bombardeos aéreos perdieron intensidad, después de que se instaurara una tregua diaria de cinco horas desde el martes, a iniciativa de Moscú.

Con todo, el corredor humanitario abierto para permitir la evacuación civiles, enfermos o heridos desde Guta y la entrada de convoyes con ayuda, seguía vacío, pese a que la escasez alimentaria y de medicamentos que atraviesa el enclave.

36 combatientes prorrégimen abatidos en Afrin

Gracias a la intervención militar de Rusia en 2015, el régimen de Al Asad, debilitado en aquel momento, consiguió reponerse y fue encadenando victorias contra rebeldes y yihadistas, logrando recuperar el control de más de la mitad del territorio sirio.

En otro frente del conflicto, en el noroeste del país, donde el enclave kurdo de Afrin es objeto de una ofensiva militar turca desde el 20 de enero, al menos 36 combatientes prorrégimen perdieron la vida en bombardeos aéreos de Ankara contra la localidad de Kfar Janna, según el OSDH.

Estos combatientes formaban parte de las fuerzas llegadas en febrero para respaldar a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), principal milicia kurda de Siria, que Turquía pretende expulsar de Afrin.

Se trata del tercer bombardeo contra posiciones de las fuerzas leales a Al Asad en 48 horas. El jueves, 14 combatientes prorrégiemn perecieron en ataques similares.

Turquía considera a las YPG un grupo “terrorista”, ligado al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), un grupo que libra una sangrienta guerrilla en territorio turco desde 1984. Sin embargo, las YPG, que combaten al grupo yihadista Estado Islámico (EI), cuentan con el apoyo de Estados Unidos.