El régimen sirio volvió a bombardear este domingo el enclave de Guta Oriental, a pesar de la resolución votada la víspera por la ONU para establecer “cuanto antes” una tregua, tras una semana de ataques que han dejado más de 500 muertos.

En el texto, adoptado el sábado por unanimidad, el Consejo de Seguridad pide que se establezca un alto el fuego de 30 días en Siria para permitir la evacuación de los heridos y la distribución de ayuda humanitaria.

Pero el régimen de Bashar al Asad ignoró este llamado y continuó con los ataques aéreos y los disparos de artillería contra varias localidades de Guta Oriental, el último enclave rebelde a las puertas de Damasco.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), en los bombardeos de este domingo murieron tres civiles y 27 resultaron heridos. En total, desde el inicio de la campaña de bombardeos, el 18 de febrero, fallecieron 522 civiles, 127 de ellos niños, según esa oenegé.

Dos corresponsales de la AFP presentes en la región escucharon este domingo ataques aéreos y disparos de artillería.

No obstante, “bajó la intensidad de los bombardeos” respecto a los días anteriores, aseguró el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, quien también indicó que en el sur de Guta se registraron “enfrentamientos entre las fuerzas del régimen y el grupo rebelde Yaish al Islam”.

Esta operación aérea, en la que el gobierno sirio cuenta con la ayuda de su aliado ruso, anticipa una ofensiva terrestre contra este enclave de unos 400.000 habitantes. La intensidad de la operación, con bombas, barriles de explosivos y obuses, ha sido inusual, incluso en un país que que lleva siete años en guerra con un balance de 340.000 muertos.

Cada día, los corresponsales de la AFP sobre el terreno se encuentran con las mismas escenas: filas de cuerpos en morgues de hospitales improvisados, niños llorando con el rostro ensangrentado, socorristas exhaustos intentando rescatar a víctimas de entre los escombros.

“Traiciones”

La región de Guta Oriental, asediada desde 2013, padece a diario una escasez de alimentos y medicamentos. Para escapar a la lluvia de bombas del régimen, sus habitantes se refugian en los subsuelos.

“No podemos confiar ni en Rusia ni en el régimen, nos hemos acostumbrado a sus traiciones”, dijo Abu Mazen, un habitante de Duma refugiado en un sótano. “No creo que esta decisión se aplique”, dijo respecto a la resolución de la ONU.

En el pasado ya se adoptaron treguas temporales en Siria, pero siempre acabaron estallando por los aires. De hecho, Guta Oriental es una de las cuatro “zonas de distensión” establecidas en Siria con el objetivo de garantizar una tregua local de los combates.

Los mandatarios de Francia, Emmanuel Macron, y de Alemania, Angela Merkel, se reunirán el domingo con su par ruso, Vladimir Putin, para analizar la aplicación del alto el fuego, indicó el Palacio del Elíseo en un comunicado.

“En las próximas horas y en los próximos días vamos a estar extremadamente vigilantes sobre la puesta en marcha concreta”, dijo la presidencia francesa.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió que el alto el fuego se aplique “inmediatamente”.

Por su parte, Turquía saludó la resolución de la ONU, pero dijo que el país se mantendrá “resuelto en la lucha contra las organizaciones terroristas que amenazan la integridad territorial y la unidad política de Siria”.

Y el papa Francisco llamó este domingo a un cese inmediato de la violencia en Siria que permita el acceso a la ayuda humanitaria y la evacuación de los heridos y enfermos.

Los dos principales grupos rebeldes que controlan Guta Oriental, Yaish al Islam y Faylaq al Rahman, se dijeron dispuestos a respetar el alto el fuego, pero defendieron su derecho a responder si son atacados.

En represalia a los ataques del régimen, los insurgentes disparan cohetes y obuses contra Damasco, que desde el 18 de febrero dejaron una veintena de muertos, según los medios oficiales.